A raíz de la pandemia ocasionada por el virus del SARS-CoV-2, un sinfín de modelos y diseños de cubrebocas han salido al mercado, todos creados con el afán de cuidar a los ciudadanos y poder generar un ingreso para sus creadores. Fue así como Max Fernando Gallardo, un joven poblano y arquitecto de profesión de 27 años de edad decidió crear una mascarilla protectora que corta la cadena de contagios y que lleva por nombre "Max-91C".
Todo surge a raíz de que su amigo y él sufrieron un intento de asalto, cuando transitaban a bordo de un vehículo, en dicho incidente fue amagado por un sujeto y gracias a que traían los vidrios arriba es que se pudieron librar del atraco. Posteriormente al momento de intentar denunciarlo con los elementos de seguridad pública, los oficiales cuestionaron la apariencia del sujeto a lo cual dijeron desconocer, ya que portaba un cubrebocas y gafas que impedían fuera reconocido.
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Fue así donde vieron el área de oportunidad para poder crear una careta transparente y así reconocer a la persona que la porta, buscando la manera de evitar que los maleantes sigan aprovechando la situación y procedan a delinquir sabiendo que por cuestiones sanitarias deben traer el rostro cubierto, siendo difícil identificarlos para su posible arresto.
La característica principal de esta careta protectora contra el contagio del covid-19 es que es totalmente transparente, y permite ver en todo momento a la persona que la porta; pero al mismo tiempo cumple con la función de proteger todo el rostro para evitar la entrada del virus. En entrevista para TELEDIARIO Puebla, Max cuenta que fue a través de tres meses y varios intentos de prueba y error que logró crear este producto con la ayuda de sus familiares.
“Temas de diseño, temas de ergonomía para poder ayudar al usuario a que sea cómodo, que sea una barrera de protección bien cerrada, a diferencia de los cubrebocas que son un lienzo de tela en el que aún así hay pequeñas cavidades en las cuales pasa el virus y en este no, ya que es una barrera física, cerrada y hecha de PET termoformado, a diferencia de otras caretas que hay en el mercado las cuales no sellan por completo”.
Max cuenta que incluso una empresa en Estados Unidos lo contactó para realizar este artículo en gran volumen, pero el hecho de apenas haber cumplido los 27 años de edad y no contar con el esquema de vacunación necesario para permanecer en el país vecino, ya no se logró.
El nombre de la careta lleva por nombre “Max-91C” y cuenta con algunos compones para su buen funcionamiento como lo son, una espuma para la protección de impactos al interior, neopreno, PET termoformado, y una lámina moldeable que se adapta al usuario y así pueda disfrutar de una comodidad en su rostro; estas caretas se pueden encontrar en distintas tallas para poder ser utilizadas por adultos y niños.
AFM