Médico hidalguense, candidato al Premio Princesa de Asturias

Víctor Azpeitia Peña es subespecialista en cirugía de mano y por su labor altruista destaca entre los postulados

Víctor Azpeitia Peña, subespecialista en cirugía de mano. (Carlos Dayan Aparicio)
Elliott Ruiz
Pachuca /

El doctor Víctor Azpeitia Peña, subespecialista en cirugía de mano, destaca entre los postulados para obtener el galardón que entregan los herederos a la corona de España en la categoría de Humanidades.

Oaxaca se atribuye su nacimiento, pero en Hidalgo están sus raíces. El actopense está cerca de pasar a la historia gracias a su labor altruista con el Programa Nacional de Cirugía Extramuros, iniciativa que en 25 años ha logrado 12 mil procedimientos quirúrgicos a personas de escasos recursos sin cobrarles un solo peso.

Veinte mil pacientes valorados, 150 jornadas en 19 estados de la República Mexicana. Se dice fácil, pero han sido años de arduo trabajo. La cirugía de manos se ha encumbrado gracias a la visión del doctor Azpeitia, quien desde 1996 coordina los trabajos de la Asociación Mexicana de la Cirugía de Mano.


Hidalgo ha sido el estado más beneficiado por estas jornadas, pero los esfuerzos de la asociación se han concentrado en el sureste mexicano, la zona del país con el mayor rezago. “Poder llevar estas técnicas para resolver casos de gente con escasos recursos fue lo que me motivó básicamente. Los premios y reconocimientos vinieron, sin que uno lo buscara, porque uno no se puede postular”, dice quien ya ha sido reconocido numerosas ocasiones en nuestro país.

“Yo creo que es un programa en el que somos pioneros a nivel mundial”, agrega. La subespecialidad en cirugía de mano es una de las más nuevas del mundo; a México llegó en los ochentas, en el mundo surgió en la época de la posguerra, y en los sesentas se protocolizó en los Estados Unidos.

Azpeitia ha presentado su programa como modelo en escenarios internacionales, entre ellos Dubai. “Se dieron cuenta de que no se le había ocurrido a nadie hacer esta cirugía con la gente más desprotegida, y en el mundo hay muchos que tienen esta carencia.

“Hay gente que puede vivir sin mano, sin brazo. Por ahí anda alguien que no tiene brazos ni piernas dando conferencias. La mano no es un órgano vital”, reflexiona. “Pero la mano es el instrumento de trabajo del hombre, con ella comemos, escribimos… nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”.

Para el doctor, la cirugía de mano es indispensable, porque da calidad de vida. Entre las principales patologías que se han atendido en las jornadas quirúrgicas, destaca la mano espástica. “La tienen esos niños que vemos por ahí en la calle con los brazos contracturados por una lesión neurológica que puede ser tumoral o de nacimiento, hay muchos factores”, explica.

“Aquí el cirujano no le restituye el movimiento porque están desconectadas centralmente, pero sí lo neutralizamos para que no tenga severas contracturas, porque el paciente sufre mucho por eso. Hay un grave desgaste muscular y óseo. Aunque es de las patologías menos comunes”.

La mano reumática es otra de las afecciones. “Es un problema autoinmune. Se genera una toxina en el organismo que degenera las articulaciones; esto puede ser en rodillas, en las manos… cuando es inicial, hacemos sinovectomías, ya en etapas más avanzadas se hacen reparaciones tendinosas. Se centralizan las manos. A veces tenemos que hacer recambios de articulaciones, poner prótesis de plástico o de metal. Hay técnicas para restablecer la función perdida de esas articulaciones”, abunda.

Pero la más frecuente en el programa es la mano traumática. Azpeitia asegura que en los hospitales generales, el 40 por ciento de los pacientes llegan por mano traumática. “Ésta es una subespecialidad para la que hay que estudiar medicina, cirugía plástica u ortopedia y dos años de entrenamiento de cirugía de mano. En los hospitales sí hay la atención, pero a veces el médico no está capacitado para hacer una buena reparación y queda con algún tipo de secuela, es cuando nos vienen a buscar para restablecer la función de la mano”.

Los subespecialistas como Azpeitia fallan menos, porque lo hacen una y otra y otra vez. Hoy en día, con las técnicas de magnificación, los cirujanos de mano tienen telelupas personales con luz directa que permite un acercamiento de 20x (una x es duplicar el campo visual). Esto abarata costos e infraestructura hospitalaria.

¿Cómo es posible hacer cirugías gratuitas?

El costo de una cirugía de mano va de los 30 mil a los 100 mil pesos, según el nivel del hospital privado. En las jornadas, miembros de la asociación, que están constantemente actualizándose en congresos nacionales e internacionales, las realizan de forma gratuita.

Esto es posible gracias al apoyo de los gobiernos estatales que le han dado importancia a la salud pública. “Se tiene que acordar muy arriba, por los costos que tiene. Aunque el programa no cuesta, hay costos hospitalarios, de material gastable, aire acondicionado, luz, aire, campos quirúrgicos, el tener al grupo médico durante cuatro o tres días mínimo, desayunos, comidas, cenas, alojamiento.

“Hay que ir buscando los apoyos. Hemos encontrado respuestas sensacionales. Vale la pena invertir. Si comparamos una cirugía de mano con una cirugía de cadera o de prótesis de rodilla, los costos son mucho más bajos en general”, indica.

La última jornada que dirigió Víctor fue del 12 al 14 de marzo de 2020, en Atotonilco el Alto, Jalisco. El 15 se paralizó el país con la llegada del covid-19. “Ahora todo el recurso de los gobiernos se está yendo a atender la emergencia. Sería una falta de tacto el querer retomar ahorita el programa”, lamenta.

En su larga trayectoria, el doctor ha atendido a gobernadores, hijos de presidentes, artistas, actrices, deportistas y un sinfín de personalidades, además de ser el doctor oficial de la Fórmula 1 en México; pero atiende con la misma seriedad al paciente que no paga nada. “El político encumbrado merece el mismo respeto que la gente que llega descalza a estas atenciones”, asegura.

Mientras tanto, la Fundación Princesa de Asturias analiza los perfiles a los nominados. Este premio, que cada año merece un acto solemne en Oviedo, capital del Principado de Asturias, exalta los valores científicos, culturales y humanísticos como patrimonio universal. El doctor Azpeitia podría estar, este año, entre los inmortales.

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