El Cerro de la Estrella no solo es el tradicional escenario de la representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa cada Semana Santa. En sí mismo, el Cerro de la Estrella es una joya en la zona oriente de la Ciudad de México por su valor ambiental y arqueológico, lo que llevó al presidente Lázaro Cárdenas a decretarlo como Parque Nacional el 24 de agosto de 1938 con una extensión de 1,183 hectáreas.
Pero ahora, al cumplir 82 años de su nombramiento como área natural protegida, el Cerro de la Estrella apenas mantiene el 10 por ciento de su territorio original, subsisten sólo 121 hectáreas.
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“…El Cerro de la Estrella, situado al sur de la delegación ‘Ixtapalapa’ a inmediaciones de la capital de la república, es uno de los lugares legendarios del cual existen tradiciones íntimamente relacionadas con las costumbres aztecas…”, dice el Decreto presidencial publicado un miércoles 24 de agosto de 1938 en el Diario Oficial.
El documento da muestra del valor para el general Cárdenas quien consideró la necesidad de conservarlo por su belleza natural y por el patrimonio arqueológico, para el recreo y fomento del turismo, cuando la mancha urbana todavía no llegaba hasta esa zona de la capital hace poco más de ocho décadas.
“Considerando que es un volcán extinguido de bastante interés geológico y de importancia para el estudio de la historia pre-hispánica, en cuanto a las tradiciones y ceremonias periódico-religiosas que los aztecas celebraban, constituyendo por tal motivo un lugar de atractivo para el turismo y de beneficio para los pueblos circunvecinos he tenido a bien decidir expedir el siguiente decreto”, se lee en el documento también con rúbrica de Miguel Ángel de Quevedo, entonces jefe del Departamento Forestal y de Caza y Pesca.
El texto da cuenta de la extensión que entonces abarcaba el cerro, que con el paso de los años fue absorbido por la ciudad: los límites del área protegida llegaban hasta los poblados de Culhuacán y Tomatán, “hasta llegar al camino Sur de la población de ‘Ixtapalapa’, quedando en este recorrido totalmente fuera dicha población”.
Doble protección
Actualmente, el Cerro de la Estrella tiene dos denominaciones –se mantiene la de Parque Nacional–, la segunda fue expedida el 2 de noviembre de 2005 por el entonces jefe de Gobierno, Alejandro Encinas, junto con Claudia Sheinbaum al frente de la Secretaría de Medio Ambiente capitalina, quienes lo declararon “Área Natural Protegida, bajo la categoría de Zona ecológica y cultural”.
“Esas 121 hectáreas que quedan con recursos naturales del Cerro de la Estrella, su conservación está garantizada. Lo que es el Parque Nacional Cerro de la Estrella tiene el problema de que su extensión ya se perdió en más del 90 por ciento”, señaló Rafael Obregón Viloria, director General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental de la Ciudad de México.
Añadió que “la figura del parque nacional es la más restrictiva de la federación y ya no tiene nada que ver con lo que está sucediendo ahora, el Cerro de la Estrella es un centro para la conservación de la naturaleza y cultural, donde los vecinos de Iztapalapa realizan muchas necesidades”.
En entrevista con MILENIO, Obregón Viloria destacó que hubo un proceso de invasión sobre lo que eran terrenos del parque nacional, “durante todos estos años no puedo asegurar que se relajó la ley, sino que hubo un largo proceso de urbanización que pasó por encima del decreto de Parque Nacional que es una figura federal”.
Por lo que el objetivo es proteger ese relicto, ya que da identidad a los barrios originarios de la zona y es un pulmón estratégico que se conecta con el Canal Nacional, a donde escurren las aguas que llueven sobre el cerro, de ahí lo importante de conservarlo como área natural para la infiltración del agua, lo que se logra manteniendo la vegetación: el matorral xerófilo, un ecosistema que estuvo en medio de toda una zona lacustre, dijo el funcionario.
Resaltó que a pesar de la pérdida del 90 por ciento de su territorio, no existe la posibilidad de que en algún momento el cerro pierda su estatus de Parque Nacional; además la Secretaría de Medio Ambiente local emprendió un proyecto de rehabilitación socio-ambiental del Cerro de la Estrella, cuya entrega se pospuso por la pandemia.
El funcionario explicó que el pequeño cerro tiene 6 microcuencas, lo que provocó la degradación de laderas que lo iban deteriorando, por lo que emprendieron acciones para recuperar zanjas y cañadas con infraestructura verde, reconociendo el uso actual del sitio, “buscamos la manera en que los andadores, las trotapistas se compusieran, acompañada con el establecimiento de vegetación nativa, ya que había sido reforestado con especies exóticas”, además de que se colocaron luminarias y mejoraron los accesos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, se le llamaba Huixachtecatl “cerro de los huizaches”, ahí se celebraba la ceremonia del Fuego Nuevo, que se realizaba cada 52 años, en el día en que coincidía nuevamente el inicio de los calendarios ritual y solar, para evitar que el sol muriera.