Kiribati, un pequeño país en el Pacífico sur, fue el primero en el mundo en dar la bienvenida al Año Nuevo, recibiendo 2019 con celebraciones discretas después de pasar 2018 en la lucha contra el cambio climático.
Kiribati está compuesto de atolones bajos (islas pequeñas que forman un arrecife de coral) que se extienden a lo largo de la línea del ecuador y cruzan tres husos horarios.
Gran parte de la masa del territorio, con 110 mil habitantes, está en riesgo por la elevación de mares, que ha inundado aldeas costeras.
Los crecientes océanos han convertido a las fuentes de agua potable en salobres, lo que pone en riesgo a comunidades y hace que surja la pregunta de si el país existirá para el próximo Año Nuevo e incluso el ex presidente Anote Tong dijo que la migración masiva podría ser el único futuro para Kiribati.
alec