Se estima que alrededor de 200 mil mexicanos requieren servicios de sustitución renal ya sea por medio de hemodiálisis, diálisis peritoneal y, en el mejor de los casos, un trasplante limitado en su acceso y disponibilidad, explicó Juan Manuel Ardavín, especialista en nefrología.
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Ardavín detalló que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una de las 10 primeras causas de muerte en el país.
“Actualmente se estima que 1 de cada 10 personas tiene algún grado de daño renal y en su etapa más avanzada los pacientes requieren de una terapia que sustituya la función de sus riñones para continuar viviendo con una calidad de vida aceptable”.
Por su parte, Edgar Solís, especialista en nefrología, agregó que la hemodiálisis es un tratamiento complejo que requieren para vivir las personas que han perdido la función de los riñones.
“Es un proceso que requiere de múltiples procesos y sistemas para que sea seguro, pero sobre todo para ofrecer al paciente los beneficios que espera obteniendo mejorar su calidad de vida, mantenerse libre de complicaciones y vivir más tiempo”.
En su oportunidad, el también especialista en medicina interna y nefrología, Sergio Hernández, apuntó que para evaluar la calidad de una clínica de hemodiálisis no es suficiente el conocimiento de sus equipos biomédicos y la capacitación de su personal. “Se debe tomar en cuenta la infraestructura, los indicadores y procesos que garantizan el adecuado funcionamiento de todos los equipos, así como los procesos establecidos para la atención de los pacientes y los resultados que obtiene la clínica con el paso del tiempo”.
Ardavín Ituarte señaló que uno de los puntos más relevantes a considerar dentro de una clínica de hemodiálisis es la visibilidad de todos los profesionales de la salud a las estaciones de tratamiento y al equipo biomédico respetando el espacio mínimo de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana de tres metros cuadrados entre cada máquina de hemodiálisis.
“El lugar debe permitir el tránsito libre para la entrada y salida de pacientes e incluir también espacio suficiente para el paso rápido de una camilla en caso de urgencia y debe tener áreas comunes y baños diseñados para el flujo adecuado y accesible para sillas de ruedas con mecanismos que disminuyan al mínimo el riesgo de una caída. Agregó que todos los espacios deben estar construidos de materiales durables y fáciles de limpiar, ya que se deben de mantener condiciones de excelente limpieza en todo momento”.
Además, relacionado con las características del agua en una clínica de hemodiálisis, el doctor Solís Vargas mencionó que el tratamiento de hemodiálisis requiere de grandes cantidades de agua ultrapura; es decir, agua de mucho mayor calidad que el agua potable convencional y que sólo puede alcanzarse con un sistema llamado ósmosis inversa. Este sistema debe contar con una parte crucial para otorgar un pretratamiento que remueve del agua residuos grandes, cloro y cloraminas presentes en el agua de los sistemas municipales.
Hernández Estrada apuntó que las máquinas de hemodiálisis deben también mantenerse en condiciones óptimas con revisiones periódicas y limpieza completa después de cada tratamiento de hemodiálisis. “Todos los insumos requeridos para el tratamiento son de un solo uso, excepto los filtros dializadores en los que está permitido su reuso en el mismo paciente hasta por 12 veces, siempre que se cuente con un sistema automatizado de reprocesamiento de dializadores, el cual tiene múltiples requerimientos para su seguridad y eficiente funcionamiento”.
Los especialistas de Médica Santa Carmen coincidieron en señalar que el registro de todo el proceso es indispensable para la evaluación de los resultados y la mejora continua para lo cual el uso de un expediente electrónico es muy superior al registro tradicional con el riesgo de pérdida de control y seguimiento a través del tiempo.
Un buen expediente electrónico es una ventaja enorme que permite el análisis de la información, vigilancia óptima de los pacientes y una evaluación de los resultados de la clínica para la implementación de mejoras.
Los especialistas apuntaron que uno de los indicadores más relevantes que pocas clínicas miden es la satisfacción de los pacientes relacionada con su atención y la calidad de vida de manera objetiva relacionada a la salud estando en hemodiálisis, la cual se puede evaluar por medio de encuestas validadas como el llamado Kidney Disease Quality of Life Instrument (KDQOL por sus siglas en inglés), que refleja un parámetro invaluable porque mide el efecto de la enfermedad y del tratamiento en la vida diaria de las personas.
SCZ