En el municipio de Xochiapulco, Sierra Norte de Puebla, se localiza el Valle de Apulco, el cual se ubica dentro de la cuenca del río Tecolutla, mismo que se junta con el río Apulco y que al entrar en una cañada, nutre y da fuerza a la Cascada La Gloria.
Por su ubicación, configuración, orografía y dimensiones, la citada cuenca presenta un complejo sistema hidrológico y forma numerosos ríos que corren encajonados entre las sierras y después se unen en el Apulco, afluente del Tecolutla.
El río Apulco se origina en Zautla y cruza varios municipios. Se trata de una corriente caudalosa que tiene un largo recorrido. Baña la parte septentrional de oeste a este y sirve de límite por más de 10 kilómetros con Xochitlán, Nauzontla y Cuetzalan. Además, presenta gran cantidad de arroyos intermitentes que se unen a seis ríos, así como numerosos manantiales y acueductos.
Este sitio, que se localiza a unos 150 kilómetros de la capital del estado de Puebla y a unos cinco kilómetros de Cuetzalan, está enmarcado por un santuario natural donde se puede apreciar un abundante número de especies de flora y fauna endémicas.
El clima en el Valle de Apulco, cuya extensión se estima en unas 50 hectáreas rodeadas de abundante vegetación, va de templado a frío, por lo que resulta común que se presente neblina. Para disfrutar de la espectacular vista de la cascada, la cual tiene una caída de poco más de 35 metros, se debe arribar al Centro Recreativo Atzalan.
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Este espacio, manejado por ejidatarios, cuenta con un camino que da acceso a los visitantes, quienes a pie o en su automóvil, llegan a un sendero que conduce a esa cascada a través de una exuberante vegetación y vistas impresionantes del cañón del río Apulco.
Para ello, se debe cubrir cerca de cinco kilómetros para apreciar el cuerpo de la caída de agua, misma que forma una gran poza en la que el vital líquido adquiere tonalidades de color verde transparente.
En dicha poza está prohibido sumergirse o intentar nadar, pues existen carteles que advierten sobre la profundidad de poco más de diez metros, en los que se forman corrientes y remolinos, lo que puede poner en peligro al que ose ingresar.
Respecto al recorrido, este es prácticamente plano y sin obstáculos, por lo que puede ser cubierto sin complicaciones por menores de edad. La senda está custodiada por helechos gigantes y por inmensos árboles Papalot (Platanus d’Amerique), cuya altura en promedio es de unos 50 metros; así como por pinos y encinos. El lugar también cuenta con abundantes mantos de orquídeas silvestres. Para preservar el espacio, se solicita a los visitantes no talar, cazar ni tirar basura.
Conforme se acerca uno a la cascada La Gloria se puede escuchar el ruido que produce la caída de agua, así como avistar una amplia diversidad de mariposas, libélulas y aves, así como varios insectos.
Contrario a la poza, la orilla es muy baja y en ese espacio se pueden ver diminutos pececitos y anfibios, quienes aprovechan las piedras y rocas de diversas dimensiones que ahí se localizan para ocultarse de los visitantes.
Origen de su belleza
El significado del municipio de Xochiapulco es el nombre compuesto de las voces náhuatl: “Xóchitl”, flor, y “Apulco”, nombre del río que le baña. Estas voces significan “La flor del Apulco”.
En Xochiapulco o Villa de 5 de Mayo la principal actividad es la agricultura, pero también artesanos trabajan la alfarería y la talla de madera de muebles rústicos. Tiene una distancia aproximada a la capital del estado de 193 kilómetros y a Atzalan de 30 kilómetros.
Entre sus atractivos turísticos, además de la ya citada cascada, se encuentran el Templo parroquial dedicado a San Martín Caballero, ubicado en la cabecera municipal construido en el siglo XVI; así como los museos de la Reforma y el dedicado al General Juan Francisco Lucas.
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Cabe señalar que en el Centro Recreativo Atzalan existe un área de juegos, un campo de futbol, palapas con asadores, cabañas para hospedarse y un restaurante, donde se puede consumir comida típica de la región, como los tlayoyos rellenos de alverjón, cecina y las truchas.
Dicho sitio es perfecto para campistas, para el ciclismo de montaña, cabalgatas y el rafting. Otro atractivo turístico es el Torneo de Pesca de Trucha Arcoíris, que se realiza en el río Apulco desde el 22 de marzo de 1980; uno de los impulsores de este evento fue el profesor Jorge Murad Macluf, que en ese entonces era delegado federal de pesca en Puebla.
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