Luego de que en Nuevo León se presentara un brote en el asilo de ancianos Luis Elizondo, ubicado en el municipio de Guadalupe, el secretario de Salud en Nuevo León, Manuel de la O Cavazos, enfatizó que, para prevenir futuros casos similares, una acción que tomaría el Estado era que todos los empleados de las casas de reposo se quedaran a vivir en su lugar de trabajo.
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Para con ello, dijo el 7 de mayo, evitar que salieran a sus casas y regresaran a laborar, con el riesgo de contagiar al grupo más vulnerable: los adultos mayores.
Un día después, la subdirectora del hospital Metropolitano, Amalia Becerra Aquino, agregó que esa misma medida se tomaría en los centros de rehabilitación.
Sin embargo, y tras dos brotes más en asilos de la entidad, el secretario de Salud reconoció que la medida no se pudo implementar, porque, consideró, los asilos no cuentan con dinero suficiente para mantener al personal sin salir a sus casas.
“Me comentan los responsables sanitarios de los asilos, me dicen, ‘doctor, es que no podemos, no podemos que se queden las personas ahí a vivir, cómo le hacemos, es poco lo que les pagamos.
“Es por eso que hice una recomendación y la vuelvo a hacer, que todas las personas que tengan un familiar en un asilo si les es posible llevarlo a su casa u a otro lugar, se los agradeceré infinitamente”, precisó.
Debido a ello, y a que la instrucción preventiva que giró no pudo ser cumplida, lo que no ocasionó sanciones, pero sí dos brotes más, ahora lo que buscan, al menos, es reforzar las medidas sanitarias en esos sitios de alto riesgo.
Al día de hoy, suman 4 personas fallecidas del brote que se tuvo en el asilo Luis Elizondo, y un total de 86 ancianos contagiados de casas con este giro.