Comer un plato de fruta fresca o de arroz es algo tan cotidiano, para muchos, que la sola idea de que ya no se puedan encontrar en los mercados suena poco más que imposible de imaginar.
Sin embargo, un estudio publicado recientemente se aventuró a mapear las regiones del mundo en las que la producción de alimentos está en mayor riesgo por los efectos del cambio climático. México no se salva.
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Entre las principales conclusiones del estudio Climate change threatens crop diversity at low latitudes destaca que el cambio climático pone en juego tanto la diversidad como la cantidad de frutas y verduras que las futuras generaciones tendrán sobre la mesa.
Sara Heikonen, Matias Heino, Mika Jalava, Stefan Siebert, Daniel Viviroli y Matti Kummu, investigadores de la Universidad de Aalto encontraron que, a medida que aumentan las temperaturas, hasta el 30% de la producción mundial de alimentos se pone en riesgo, lo que incluye algunas de las cosechas que se dan en territorio mexicano.
¿Qué cultivos estarán en mayor riesgo en México?
La sequía y los chubascos no son raros, desde hace siglos los agricultores han lidiado con las inclemencias del tiempo, no obstante, el crecimiento rápido y descontrolado de las emisiones de gases de efecto invernadero terminan por cambiar los patrones del clima conocidos por quienes se dedican al campo.
La alteración en la frecuencia y duración de estos fenómenos puede traer graves consecuencias para la seguridad alimentaria, es decir para el acceso de alimentos variados, económicos y nutritivos.
"La producción de alimentos tal como la conocemos se desarrolló en un clima bastante estable, durante un período de calentamiento lento que siguió a la última edad de hielo. El continuo aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero puede crear nuevas condiciones, y la producción de alimentos y ganado simplemente no tendrá tiempo suficiente para adaptarse", dijo Matias Heino, uno de los autores principales de la publicación en una entrevista para la Universidad de Aalto.
En territorio mexicano, el estado con mayor riesgo, según el mapeo de los científicos, es Sinaloa: un aumento de entre 1.5 y 2 °C en la temperatura global podría comprometer la cosecha de productos que crecen en la región, como la berenjena, el chile verde, frijol, garbanzo, jitomate, maíz de grano, mango, pepino y tomate verde.
No obstante, no es el único de la lista, entre más severo es el panorama, más se compromete la producción de alimentos en diferentes partes del país, como Oaxaca y Veracruz, dos de las entidades con mayor producción de ingredientes básicos en la cocina: un incremento de 3 ° C podría traer pérdidas de cosechas a finales de este siglo.
En suelo veracruzano crece, principalmente, arroz, café, caña de azúcar, naranja, piña, toronja, limón, sandía y tabaco, aunque también llega a ocupar hasta el cuarto y quinto lugar en la producción de manzana, papa, pera y plátano.
En el caso de Oaxaca destaca la cosecha de papaya, piña, ajonjolí, caña de azúcar, café, amaranto, coco, mango, rosas y limón.
Afectaciones del clima en la producción de alimentos en México
Ejemplos de lo que ocurre cuando hay cambios en el patrón del clima hay muchos, uno de los más recientes se registró en 2023, año en el que las condiciones climatológicas desfavorables afectaron las cosechas de frijol en Zacatecas, el principal productor de la legumbre.
Dada la sequía que experimentó la región la producción disminuyó 52.2%, lo que ocasionó que el precio pagado a los productores en la entidad disminuyera 45% en comparación con lo obtenido el año anterior, como reporta el Panorama Agroalimentario 2018-2024.
El mismo reporte detalla que al menos el 69% de la superficie total agrícola depende del agua de lluvia, la vuelve más vulnerable cuando las tormentas escasean.
En 2023, los estados que tuvieron problemas con su producción debido al desabasto de agua fueron Chihuahua, Michoacán, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas. Ese mismo año, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), alertó que la sequía en Puebla podría ocasionar que los precios de las verduras subieran hasta un 40 %. Y es que, en general, la pérdida d
El datoLos cambios en los patrones del clima ya complementen cosechas
Los cultivos más expuestos a la sequía durante el primer semestre de 2024 fueron caña de azúcar, frijol, maíz grano, nuez y trigo grano.
Una de las apuestas por parte de las autoridades mexicanas ante la escasez de agua es el cultivo de productos con una mayor tolerancia a la sequía como lo son el garbanzo blanco, sorgo, canola, girasol, chícharo, amaranto, quinua, nopal y maguey.
Regiones más afectadas por cambio climático, en Asia y África
Fuera de las fronteras mexicanas, el problema se agrava. El calentamiento reducirá gravemente la cantidad de tierras disponibles para los cultivos básicos.
“Este efecto es efecto es especialmente pronunciado en el caso de las raíces y los cereales tropicales, lo que sugiere la necesidad de cambios en la dieta o de aumentar las importaciones de alimentos. Además, mostramos que los cuatro cultivos básicos mundiales (trigo, arroz, maíz y soja) enfrentan algunas de las mayores reducciones en el área de cultivo”, alerta el artículo.
Según el estudio, el cambio climático afectará a 27 de los plantíos más importantes y siete tipos de ganado diferente.
De los 177 países estudiados, solo 52 estarían seguros en el futuro, la mayoría de ellos se ubican en Europa. En el otro lado de la moneda se ubican los territorios del Sudeste de Asia, y de la región de Sahel, en África, donde hay una gran dificultad de adaptación.
Los países más vulnerables son Camboya, Ghana, Guinea-Bissau, Guyana y Surinam. Sin cambios efectivos para reducir los efectos de los gases invernadero, hasta el 95% de su producción actual quedaría en riesgo.
Aunque los países ubicados en latitudes medias y altas conservarán la proporción de suelo en el que se puede cultivar, mucho de lo sembrado podría cambiar de ubicación, siguiendo los cambios en los patrones de sequía, lluvias y temperaturas.
Es probable que esto también aumente la diversidad de cultivos en estas zonas. "Por ejemplo, el cultivo de frutas de clima templado, como las peras, podría volverse más común en las regiones más septentrionales", afirmó Heikonen en un comunicado.
La buena noticia es que si se reducen las emisiones de efecto invernadero y el aumento de las temperaturas en las próximas décadas se limita a 1.5 o 2 °C, sólo una fracción de la producción de alimentos se enfrentaría a condiciones nunca vistas, como asegura Matti Kummu.
LHM