El celular no sólo es el dispositivo útil para comunicarse, ya se convirtió en el “primer apéndice artificial de nuestros cuerpos”. Por ello debe considerarse como parte del análisis psicológico del paciente en el psicoanálisis, aseguró Julia Casamadrid Pérez, de la Facultad de Psicología de la UNAM e integrante de la Asociación Psicoanalítica Mexicana.
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Según Casamadrid, la tecnología actual ha obligado a que se realicen modificaciones en la técnica psicoanalítica tradicional.
La psicóloga recordó cómo Sigmund Freud no tuvo celular ni dispositivos electrónicos, los cuales “ como perversos voyeristas, se introducen sin previo aviso en la intimidad de nuestras casas o consultorios".
"Tampoco vivió en una ciudad donde, por sus dimensiones y complicaciones viales, los pacientes pueden tardar más de dos horas para llegar a su cita”, planteó.
Las fantasías que crea usar el celular
Ahora, los pacientes pueden estar en contacto con sus analistas las 24 horas del día y los 365 días del año sólo con marcar ciertos dígitos, o enviar un mensaje.
De acuerdo con la académica, la posibilidad despierta diversas fantasías con un significado simbólico, que debe analizarse.
Además, compartió que hay quienes utilizan el celular como un objeto transicional o fetiche.
“Podría ejemplificar las fantasías paranoides o voyeristas que los teléfonos celulares llegan a despertar en algunos.
El teléfono y el uso entre los pacientes que le dan al celular pueden relacionarse con aspectos orales no resueltos, con estilo de manejo y de control de sus objetos, con procesos de separación, con manejo de la ansiedad, o pueden representar formas sustitutivas de descarga tanto erótica, como agresiva”.
El psicoanálisis al otro lado del teléfono
Realizar psicoanálisis por teléfono presenta fortalezas y debilidades, de acuerdo con Casamadrid, ya que la sesión analítica a distancia implica el uso exclusivo del canal oral-auditivo.
“La riqueza está en lo que ofrece la voz y los silencios. Requiere de nosotros, los profesionales, de una mayor regresión y empatía.
Sin embargo, desafortunadamente, al hacerlo a distancia perdemos la información que nos ofrece el lenguaje no verbal, así como todo aquello que recibimos por medio del sentido de la vista y del registro corporal contratransferencial que nos otorga la interacción presencial”.
Como la tecnología moderna cambió la forma de relacionarse, las redes sociales ofrecen una nueva forma de vincularse, de demostrar los afectos, amor, odio, competencia, agresión. Todo habita de una forma totalmente novedosa, sobretodo en los jóvenes, destacó.
“Ahí está la expresión del amor, la sexualidad, la agresión en este tipo de población; rompe con todos los esquemas de vinculación que conocíamos”, concluyó Casamadrid Pérez.
MJA