Vamos, tómate esa taza de café. Incluso varias más. Un nuevo estudio demuestra que podría aumentar las posibilidades de una vida más larga, incluso para aquellos que toman hasta ocho tazas al día.
Según el estudio que incluyó a casi medio millón de adultos británicos, los bebedores de café tienen un menor riesgo de muerte en diez años que quienes no lo toman.
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Ese aparente aumento a la longevidad se vio con el café instantáneo, molido o descafeinado, resultado similar al de una investigación estadunidense. Pero éste es el primer gran estudio en indicar un beneficio incluso en las personas con fallas genéticas que afectan cómo sus cuerpos utilizan la cafeína.
En general, los bebedores de café tuvieron entre diez por ciento y 15 por ciento menos probabilidades de morir que los abstinentes durante el seguimiento de una década. Las diferencias por cantidad de café consumido y variaciones genéticas fueron mínimas.
Los resultados no demuestran que tu cafetera es una fuente de la eterna juventud ni es motivo para que todos comiencen a tomar café, dijo Alice Lichtenstein, experta en nutrición de la Universidad Tufts que no formó parte de la investigación. Pero agregó que los resultados refuerzan estudios previos y ofrecen confianza adicional a los bebedores de café.
No es claro cómo tomar café afecta la longevidad. La autora principal Erikka Loftfield, investigadora del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, dijo que el café contiene más de mil compuestos químicos, incluyendo antioxidantes que ayudan a proteger células.
Otros estudios indican que las sustancias en el café podrían reducir la inflamación y mejorar cómo el cuerpo utiliza la insulina, que puede reducir la posibilidad de desarrollar diabetes. La tarea de explicar un posible beneficio de longevidad continúa, dijo Loftfield.
Para el estudio, los investigadores invitaron a nueve millones de británicos a participar, de los cuales 498 mil 134 mujeres y hombres entre los 40 y 69 años lo hicieron.
Los participantes llenaron cuestionarios sobre consumo diario de café, ejercicio y otros hábitos. Además, recibieron exámenes físicos, incluidas pruebas de sangre. La mayoría bebían café: 154 mil tomaban dos o tres tazas diarias y diez mil bebían al menos ocho tazas diarias.
Durante la siguiente década, 14 mil 225 participantes murieron, la mayoría de cáncer o enfermedad cardíaca.
Como en estudios previos, quienes toman café son más propensos a tomar alcohol y fumar, pero los investigadores tomaron esos factores en consideración y parece que tomar café los contrarrestó.
El estudio se publicó en la revista JAMA Internal Medicine.
RL