Ya somos pocos boticarios en la ciudad de Puebla: Raúl Estrada

El boticario con 35 años de experiencia prepara fórmulas para curar el empacho, gripa, resfriados, caídas, heridas y golpes.

Boticario Raúl Estrada. (Melanie Torres)
Angélica Tenahua
Puebla /

Raúl Estrada Sánchez es boticario con más de 35 años de experiencia, es el último de la dinastía que desempeña en esta labor a la que se dedicó todas su familia. Sin embargo, con la voz quebrantada manifestó que lucha todos los días para que este oficio no se pierda, debido a que son pocos los boticarios que existen en la ciudad.

"Estoy luchando todos los días para que no se pierda está labor de boticario, pues ya muchos se murieron o simplemente abandonaron este trabajo porque ya no se encuentra la materia prima para preparar los medicamentos, además que los doctores que trabajaban con estos medicamentos pues lo han dejado y ahora trabajan con medicamentos genéricos", externó el entrevistado.

En entrevista con MILENIO Puebla, puntualizó que el negocio comenzó en la calle Carreto en 5 Norte, número 606, por lo que resaltó que desde niño aprendió el oficio del boticario, toda vez que toda la familia estaba en el negocio.

Narró que es el último de los hijos de la familia y sus recuerdos familiares es que su padre se casó con su mamá cuando ya contaban con la farmacia, asimismo narra que al ser el último hijo ya no tuvo el privilegio de conocer a su padre, pues éste falleció al poco tiempo que él había nacido.

Asimismo, subrayó que desde pequeño tuvo esa inquietud por formular medicamentos, esto al observar que su mamá y hermanos lo realizaban, lo que le inspiró a incursionar en este ambiente.

Boticario Raúl Estrada. (Melanie Torres)

En este contexto, relató que observaba cómo su hermana mayor preparaba los remedios y medicamentos para curar enfermedades de la cabeza.

Recordó, con un brillo en sus ojos, que en las épocas de oro contó con cinco empleados para atender a los clientes, pues eran filas las que hacía la gente para surtir su receta, no obstante, actualmente solo son dos los trabajadores.

"En buenos tiempos éramos cinco personas que atendíamos la farmacia, pero ahora somos dos y nos peleamos por los clientes, pues ya poca gente acuden al boticario para que les preparemos su medicamentos", expresó con nostalgia.

Destacó que las épocas fuertes para este sector era el regreso a clases, pues las madres de familia acudían al establecimiento para comprar el shampoo para los piojos, así como en invierno por los cambios de clima para las enfermedades respiratorias.

El boticario enfatizó que actualmente son muy pocos los clientes que llegan, por lo que la actividad y productividad disminuyó e incluso señaló los anaqueles de la farmacia que se encuentra con pocos artículos, por lo que dijo que ya no es negocio ser botica y que hasta el momento lo mantiene a flote la farmacia.

Al recordar que desde temprana edad aprendió a la preparación de medicamentos y fue con el paso de tiempo que perfeccionó la preparación, lo que representó que la gente lo buscara para surtir su receta.

El entrevistado, explicó que el negocio que comenzó su papá se ubicaba en otra dirección y desde hace cinco años que se encuentra en la 5 Norte, casi con 2 Poniente.

Ante esto, puntualizó que al morir si papá su mamá y su hermana mayor estuvieron al frente de la botica, por ello comenzó a trabajar en la farmacia y su hermana preparaba las fórmulas, pero desde hace más de 18 años que recibió la estafeta para estar al frente de la botica y preparar todos los medicamentos que solicitan los clientes.

Raúl Estrada, con orgullo, aseguró que todos los días vive una experiencia, por tanto sobrellevar la situación del covid-19 y la crisis económica, toda vez que las ventas se desplomaron y son pocos los clientes que llegan a la Farmacia Universal.

"Gracias a Dios estamos aquí y todos los días venimos contentos a levantar la cortina, que ya está viejita, pero estamos", expresó.

Al ser cuestionado del número de personas que ha curado con sus fórmulas respondió:

"Ya perdí el número de personas, pero sí han sido muchas, luego llegan y me dicen que venían con su abuelita, y actualmente llegan con los hijos o nietos".

En este tenor, comentó que son las abuelitas quienes llegan a este lugar, principalmente con los nietos para solicitar el medicamento para el empacho.

Por ello, destacó que los medicamentos más solicitados son para empacho, gripa, resfriados, caídas, heridas y golpes.

"El ser boticario me ha dado muchas satisfacciones sobre todo cuando llega la gente a decirme que gracias a mí, un familiar de algún paciente se curó y estoy orgulloso de ser el último de este oficio en la familia, pero soy sincero y cuando hay cosas más delicadas los mando al sanitario", aseguró.

Para concluir, indicó que todos los días le echa muchas ganas para seguir con el negocio, pues es el último de la familia, debido a que sus hijos y nietos no siguieron con el oficio y refirió que cuando muera se bajará la cortina para siempre.

mpl

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