Las autoridades magisteriales no solo exigen un regreso a clases seguro y con semáforo verde en Tamaulipas, también consideran la implementación de seguimiento psicológico para los menores afectados por el encierro.
Aseguró la Comisión de Salud de Tampico que la importancia del seguimiento psicológico en torno al regreso a clases debe ser prioridad, al registrarse casos de niños cuyos padres requieren este apoyo a las autoridades sanitarias estatales.
“Cada semana se comunicaban padres de familia para pedir asesoría sobre a dónde llevar a sus hijos porque no quieren estudiar, no hacen caso y no tiene los 700 pesos para la consulta con un psicólogo”, indicó la edil Pilar Camacho Ruiz.
Las autoridades del SNTE en Tamaulipas detallan que tras un análisis y decisiones tomadas por el sindicato y la Secretaría de Educación Pública (SEP), el retorno a las aulas tendrá que ser cuando el semáforo sea verde en las diversas entidades.
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Asimismo, no será obligatorio adquirir material escolar adicional al que ya utilizan en sus hogares niños, adolescentes y jóvenes. Tampoco se exigirá el uso de uniformes, considerando la situación económica de las familias por el covid-19.
Aunque Tamaulipas aún no define un protocolo de regreso a las aulas, los padres insisten en respaldo psicológico para los menores que al no acudir a la escuela presentaron cambios radicales en su conducta.
La señora Juana Rodríguez contó las situaciones que se han presentado a lo largo de todo un año de clases a distancia de su hijo Jesús, que estudia el primer grado de primaria.
“Ha sido muy difícil, porque yo tengo que trabajar y dejó al niño con mi suegra, entonces no quiere hacer la tarea y muchas veces se comporta agresivo”, aseguró la madre.
Indicó que, con cierto esfuerzo, pudo llevar a su hijo al psicólogo y le dijo que son conductas que se han agudizado a causa del encierro, a la falta de convivencia con otros niños.
“Lo llevé un par de sesiones, pero es caro, así que ya después no pude lograr que el niño siguiera acudiendo a las sesiones de terapia”, manifestó la madre de familia tampiqueña.
Caso similar fue el que enfrentó la señora Carmen Díaz, quien tiene a su hijo en cuarto grado de primaria y ha detectado cierta agresividad en su conducta.
“Al principio todo estaba bien, estaba jugando fútbol y había mejorado sus calificaciones, pero se vino todo esto (pandemia) y en vez de mejorar, se complicó”, indicó.“El niño (8 años) no quiere hacer la tarea que le deja la maestra, nada más quiere estar jugando con el celular, jugar videojuegos o ver la tele; si le hablo de tarea, grita, se enoja y hasta me quiere pegar”, aseguró la madre de familia.
DTRM