Viaje histórico en el río Sena: vikingos, Monet y el sueño de nadar en sus aguas en los Juegos Olímpicos

El río Sena ha sido acompañante y testigo de la historia de París. Actualmente, la mala calidad del agua ha sido un reto olímpico para las competencias de este 2024.

París, al igual que muchas otras ciudades antiguas, tiene un sistema de alcantarillado combinado | Foto: Reuters
Lizeth Hernández
Ciudad de México /

Luego de postegar el evento en más de una ocasión, el Río Sena por fin fue escenario de una victoria olímpica: este 31 de julio la francesa Cassandre Beaugrand se adjudicó la victoria en el triatlón femenino tras nadar en él, esto pese a que hasta el último momento fue cuestionada la calidad del agua.

Poco antes de su participación, el clima había resultado desafiante durante estos Juegos Olímpicos: las lluvias retrasaron la posibilidad de que los triatletas compitieran en el río de París.

Y es que, desde hace más de 100 años sus aguas—que recorren más de 700 kilómetros del norte de Francia y han sido protagonistas de obras, cuadro para los enamorados y escenario de una matanza— se declararon no aptas para nadar debido a la gran cantidad de heces fecales y contaminantes que ‘flotan’ en ellas.

Tras un siglo de la prohibición y como ciudad anfitriona, París propuso devolver al Sena su gloria, y convertirlo en uno más de los tableros en los que se podría disputar la justa olímpica. Pese a los esfuerzos, los resultados no han resultado tan fructíferos como se esperaba.

El proyecto para limpiar el Sena fue sumamente criticado | Foto: Reuters

El pasado 29 de julio, se cancelaron (por segunda ocasión) los entrenamientos debido a que aún no se considera seguro para los deportistas. En medio de la polémica, dudas y la participación de los atletas, el plan para limpiar el río ha traído a la memoria el papel que ha tenido su hoy turbio cauce. Estos son algunos momentos clave del río.

El sacrificio del Sena

Es probable que uno de los capítulos que más marcaron la historia del río esté ligada directamente con el de las heces de los franceses.

Y es que, el camino para deshacerse de los residuos de la ciudad fue largo y espinoso: durante el siglo XIX la recogida de excrementos humanos en las alcantarillas dio lugar a una contaminación concentrada en las aguas superficiales de Francia.

De acuerdo con un artículo publicado en el reporte The Seine River Basin fue entre los años 40 y 60, que más del 50 por ciento de las heces de los parisinos terminaron por vertirse directamente en los ríos a través del sistema de aguas residuales.

Poco pudo sobrevivir ante un ambiente tan pobremente higiénico: según los expertos la situación provocó la ‘muerte biológica’ del Sena, debido a que la contaminación redujo el oxígeno a 4 miligramos por litro.

El Sena como testigo de una masacre

Durante la ceremonia de apertura de los juegos olímpicos la delegación argelina arrojó rosas rojas al Sena: fue así como los atletas recordaron a sus connacionales, quienes fueron asesinados a manos de la policía francesa durante una manifestación realizada el 17 octubre de 1961.

Atletas argelinos arrojan rosas en el rio Sena (AFP)

Aquella noche, un grupo de argelinos fueron masacrados luego de salir a las calles parisinas para manifestarse por la independencia de su país. Aunque se desconoce el número exacto, los historiadores señalan que al menos 120 personas fueron asesinadas. Algunos de los cuerpos fueron arrojados a las aguas del río, sellando así uno de los eventos del pasado colonial francés.

No fue hasta marzo de este año que la Asamblea Nacional de Francia aprobó una propuesta para condenar los hechos.

Los vikingos y el Sena

La historia del río es larga, del pasado compartido con los primeros pobladores de la región quedan solo algunos vestigios, como herramientas de piedra que datan de hace 500 mil años.

Los registros que hay de las primeras civilizaciones que se asentaron a lo largo del cauce son del año 1000 a. C. El río perteneció al imperio romano, que en ese entonces tenía el nombre de Secuana, como la diosa galo-romana de la curación.

Puede que algunos de los episodios más turbulentos que experimentó el río fueron durante los ataques de los vikingos en el siglo IX: saquearon el Alto Sena, destruyeron ciudades y usaron el cauce del río para llegar a París en más de una ocasión.

De acuerdo con la Enciclopedia Británica en el año 885 d.C. sitiaron París. Pese a los intentos de arrebatar la capital al reino de los francos occidentales fueron derrotados un año después.

“Su fracaso en la captura de la ciudad marcó un punto de inflexión en la historia francesa”, señala.

El agua y la guerra

El río Sena también fue escenario de conflictos bélicos: durante la Segunda Guerra Mundial las tropas aliadas se enfrentaron a los alemanes en las inmediaciones del cuerpo de agua durante las últimas etapas de la Batalla de Normandía.

Como recuerdo de aquel episodio, el Sena resguardo en su interior más de 150 proyectiles, mismos que fueron hallados a la altura del muelle de Austerlitz. Por dos días buzos y denominadores recuperaron los artefactos de guerra.

Cómo mirar al río

El Sena nunca es el mismo, así lo aseguraba Claude Monet, quien pintó el río más de una vez: fue motivo de más de una decenas de sus obras. El artista pintó por varios años sus cuadros desde un barco que se convirtió en una suerte de estudio flotante. El río le permitió explorar la luz cambiante del sol al amanecer.

Otro famoso artista que ‘capturó’ al Sena fue Van Gogh, quien durante su estancia en París llevaba consigo a menudo su caballete de campaña y sus materiales de pintura. Fue entonces que encontró un lugar junto al río Sena, donde se dice, encontró inspiración.

Claude Monet, Los témpanos de hielo , 1880 | Museo Shelburne, Vermont.

Van Gogh no fue el único que por esos años dedicó sus días a mirar el río, existen registros de que entre 1882 y 1890 Georges Seurat, Paul Signac, Emile Bernard y Charles Angrand exploraron el paisaje a lo largo del Sena.

El proyecto para la justa olímpica

Puede que uno de los momentos más destacados de la historia contemporánea del Sena haya ocurrido recientemente: previo al arranque de los Juego Olímpico, la alcaldesa de París se metió al río para demostrar que estaba limpio, esto luego de más de cien años de que se hubiera prohibido nadar en sus aguas.

El proyecto para limpiar el Sena fue sumamente criticado | Foto: Reuters

El acto forma parte de la promesa que varios políticos realizaron en el marco de las competencias: se comprometieron a que el río podría ser utilizado para nadar durante algunos de los eventos deportivos.

El proceso fue todo un reto y el plan resultó ser sumamente criticado: debido al costo causó uniformidad en los franceses, ya que se invirtieron alrededor de mil 400 millones de euros.

El objetivo en el que se han centrado las autoridades ha sido en evitar que entren nuevas aguas residuales sin tratar. Y es que, como tal, no se puede limpiar del todo el río, debido a que el sistema de alcantarillado de París tiene un problema que comenzó con sus orígenes como ciudad: su sistema de alcantarillado combinalas aguas residuales con las pluviales.

Esto ocasiona que cuando llueve, el agua que se desborda termina llegando al río. De ahí que la calidad del agua haya empeorado en los últimos días.

LHM

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