Siete de cada 10 personas han presentado el síndrome del impostor; es decir, han creído que sus logros o triunfos son producto de “un golpe de suerte” o de la ayuda de los demás, pero no de su esfuerzo, capacidad, talento o creatividad, afirmó Laura Barrientos Nicolás, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Las personas que han presentado el síndrome del impostor son aquellas que están sometidas a tanto estrés que conlleva a predominar la inseguridad en ellas, provocando ansiedad, depresión, tristeza y trastornos emocionales que afectan su desempeño laboral, académico o profesional.
Personas que viven con la insatisfacción permanente porque nunca será suficiente lo que hagan y tienen la idea de que pudieron hacer algo mejor, lo cual lleva a la pérdida de motivación: “¿para qué hago tal o cual cosa si no alcanzo los estándares que me propongo?”, es una de las características de este síndrome.
Existen cinco subgrupos del síndrome del impostor: el de los perfeccionistas, quienes establecen expectativas demasiado altas para sí mismos; los expertos, quienes buscan nuevas capacitaciones, certificaciones o diplomados porque no se asumen competentes; “genio natural”, quienes caen en la trampa mental de que si algo les costó trabajo “significa que no soy tan bueno como piensan los demás”; los individualistas, quienes tienen la necesidad de “hacer todo” para no pensar que son un fracaso o un fraude; y los superhumanos, es decir, aquellos que se esfuerzan cada día, más que los demás, por su necesidad de triunfar en todos los aspectos.
Su origen es multifactorial, pues puede ser biológico, psicológico y social. Las comparaciones o sobrestimaciones en la infancia (“tu hermana es mejor”, “no eres bueno en la escuela” o, por el contrario, “eres un campeón”), con el tiempo pueden propiciarlo.
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Esa situación, “no forzosamente real”, es una creencia irracional que no permite al sujeto tener confianza en sí mismo, afirmó Barrientos Nicolás; y se presenta más en personas que padecen problemas afectivos tipo depresivo, con trastornos de ansiedad generalizada y por déficit de atención e hiperactividad.
Asimismo, este síndrome ha sido parte de diferentes celebridades como Emma Watson, actriz que interpretó a Hermione Granger, personaje de la saga de Harry Potter; Michelle Obama, abogada y escritora; Howard Schultz, fundador de Starbucks; y Neil Armstrong, primer hombre que pisó la Luna, quienes enfrentaron este fenómeno psicológico.
LP