En el corazón de Tepito un joven levantó un templo dedicado al Diablo. Vecinos y fieles le rezan, le llevan ofrendas, en espera de que les haga el milagro. Es parte de la fe callejera.
Nadie duda que las campañas de desprestigio financiadas con recursos económicos existan. El problema es que la mejor forma de blindarse contra ellas no es, ni ha sido jamás, amordazar a la prensa. La defensa más poderosa es: gobernar bien