En febrero de 2023, tras una reñida contienda en el State Farm Stadium, los Kansas City Chiefs lograron darle la vuelta al partido con un gol de campo. El movimiento fue definitivo, pues los llevó a coronarse como los ganadores del trofeo Vince Lombardi en el último segundo.
Así, entre la emoción, gritos y la amarga derrota para los Philadelphia Eagles, cerró la edición LVII de la Super Bowl. Ahora, un año después, se volverá a celebrar el partido de la NFL más importante del año y en el que se definirá a los campeones de la liga 2024.
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En esta ocasión los Chiefs volverán al terreno de juego para enfrentarse con el equipo San Francisco 49ers. Entre más avanzan los días, más crece la emoción. Y es que los juegos pueden llegar a despertar más de una reacción en los fanáticos que incluso pueden llegar a resultar perjudiciales para la salud.
Encuentros 'cardíacos'
Un artículo publicado por la Escuela de Medicina de Harvard y escrito por el Dr. Robert H. Shmerling, ex jefe clínico de la división de reumatología del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC).
“Ver deportes, no sólo practicarlos, puede ser peligroso para la salud. Lo he visto de primera mano mientras trabajaba en una clínica ambulatoria cerca de Fenway Park”, asegura el médico.
En el documento añade que hay diferentes tipos de riesgo para la salud cuando se ve un partido o algún deporte.
Por ejemplo, cuando alguien que acude a ver en vivo un partido puede ser víctima de las condiciones climáticas: por ejemplo, la exposición a altas temperaturas en día soleado puede causar deshidratación e incluso un golpe de calor.
En otros casos, hay posibilidad de sufrir heridas o lesiones, incluso se han documentado casos de estampidas humanas en las gradas de algunos estadios.
Sin embargo, hay riesgos para la salud que se podrían presentar a la distancia, como cuando se ve el evento desde la televisión.
El Dr. Shmerling detalla lo que algunos de sus colegas han notado: durante el Super Bowl, las cosas parecen ir más lentas en la sala de urgencias, sin embargo, una vez terminado el evento, parece que todos están mucho más ocupados atendiendo pacientes.
“Una teoría es que las personas con (...) síntomas de un problema potencialmente grave que normalmente habrían acudido a la sala de emergencias de inmediato pueden retrasar la búsqueda de atención hasta después del partido”, señala.
No obstante, destaca que podría haber otra explicación y es que la emoción de un juego podría llegar a causar tanta tensión que podría alterar actividad cardiacas.
Hay diversas investigaciones al respecto, por ejemplo, el estudio titulado "Role of Age, Sex, and Race on Cardiac and Total Mortality Associated With Super Bowl Wins and Losses" (y publicado en 2011) examinó la relación entre los resultados del Super Bowl y las tasas de mortalidad cardiovascular.
Los investigadores analizaron los datos de mortalidad en el condado de Los Ángeles después de dos partidos de alta intensidad y encontraron que las tasas de mortalidad variaron dependiendo del resultado del juego.
Después de la derrota en el Super Bowl 1980, las tasas de mortalidad diarias aumentaron tanto para hombres como para mujeres.
De acuerdo con el entonces investigador del Instituto del Corazón Good Samaritan Hospital, Robert A. Kloner (así como otros colegas que participaron en la investigación) las personas mayores de 65 años experimentaron un aumento mayor en la mortalidad por todas las causas durante los días del Super Bowl en comparación con las personas menores de 65 años.
Por otro lado, hubo tendencias que sugerían menos muertes en pacientes mayores y mujeres asociadas con la victoria en el Super Bowl de 1984.
Por lo tanto, los resultados del estudio sugieren que un evento estresante como este partido, puede tener un impacto significativo en las tasas de mortalidad cardiovascular, especialmente entre los fanáticos con un fuerte apego al equipo.
“El hecho de que un evento deportivo importante (ganado o perdido) pueda provocar la muerte, incluida la muerte cardíaca, puede depender en parte de la demografía”, se lee en las conclusiones.
Una conclusión similar se dio en el estudio titulado “Super Bowl outcome’s association with cardiovascular death” (2013) mismo que fue publicado en la revista Clinical Research in Cardiology.
“Un Super Bowl con gran dramatismo e intensidad puede asociarse con cambios en las tasas de muerte cardiovascular entre una base de fanáticos con un fuerte apego al equipo, incluso en la era contemporánea. Un aumento en las tasas de mortalidad puede asociarse con una pérdida y una disminución en las tasas de mortalidad puede asociarse con una victoria”, aseguran.
Copas del Mundo y otros grandes partidos
El Super Bowl no ha sido el único evento analizado, de hecho, hay estudios enfocados en la Copa Mundial de Rugby y hasta en el campeonato japonés de béisbol profesional, en ellos se encontró que la observación de eventos deportivos puede estar relacionada con un aumento en los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca y paro cardíaco.
En estos casos también se asoció la emoción intensa y el estrés que a menudo se experimentan los fanáticos durante estos eventos, con el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, posiblemente llevando a condiciones de salud graves en individuos susceptibles.
Un estudio de 2017 encontró que los espectadores de los juegos de hockey de los Montreal Canadiens experimentaron una duplicación de su frecuencia cardíaca durante los juegos. Esto sugiere que la emoción de ver un juego puede tener un efecto físico real y medible en el cuerpo, similar al del ejercicio moderado.
El hecho de que este efecto fuera más pronunciado en los juegos en vivo que en los juegos televisados sugiere que la atmósfera y la emoción de estar presente en el evento también pueden intensificar las respuestas.
Finalmente, el estudio de 2022 encontró que las admisiones hospitalarias por problemas cardiovasculares aumentaron un 15% durante y justo después de los partidos de fútbol de la Copa Mundial.
LHM