Terapias que se encienden con la luz: ciencia mexicana al servicio de la salud

La ciencia ficción y diversas áreas de la ciencia, es hoy una realidad.

Terapias activadas con luz | Especial
Pablo Labra Vázquez y Alejandra Romero Montero
Ciudad de México /

Imagina un tratamiento que se active únicamente al aplicar luz. Una terapia que ataque un tumor o una infección con precisión, evitando efectos colaterales en el resto del cuerpo. Atractivo, ¿No?

Esta idea, que ha atravesado la “pseudociencia”, la ciencia ficción y diversas áreas de la ciencia, es hoy una realidad. Científicos y médicos mexicanos y de todo el mundo, trabajan para desarrollar estas terapias novedosas, transformando la forma en que se trata el cáncer y otros padecimientos o infecciones difíciles de tratar.

La magia está en el mecanismo de activación

Las terapias activadas con luz combinan dos elementos que son inocentes cuando están por separado pero que se vuelven fuertemente tóxicos al estar juntos: una molécula especial, generalmente llamada fotosensibilizador, y luz. Al ser iluminado con luz de un color adecuado, el fotosensibilizador se activa y participa en diversas reacciones que permiten destruir tumores o matar bacterias.

La belleza de esta idea radica en su precisión: el efecto del medicamento se enfoca exclusivamente a la zona donde se necesita, y en ningún otro lado. Aunque frecuentemente se aplican sobre la piel, gracias a que la luz puede dirigirse a través de fibras ópticas, estas terapias pueden aplicarse en zonas más profundas del cuerpo.

Este campo emergente de la Química medicinal experimenta actualmente un desarrollo acelerado y emocionante. Hoy en día existen dos tratamientos principales: la terapia fotodinámica y la quimioterapia fotoactivada. Ambas se activan con luz, pero sus objetivos y sus mecanismos son muy diferentes.

Terapia fotodinámica: Destruyendo tumores y bacterias

La terapia fotodinámica es el más antiguo de estos tratamientos, sus orígenes pueden trazarse hasta el antiguo Egipto, en efecto, desde la antigüedad han existido tratamientos basados en el uso de extractos de plantas aplicados sobre la piel, seguidos por baños de luz solar con el objetivo de “activar” el extracto y así tratar diversos padecimientos.

En su versión moderna, la terapia fotodinámica no emplea extractos de plantas, sino fotosensibilizadores cuidadosamente diseñados para activarse con un haz de luz y reaccionar con el oxígeno de las células, produciendo así especies reactivas de oxígeno (pequeñas balas químicas con una vida muy corta), las cuales finalmente destruyen los tumores y las bacterias.

Diversos fotosensibilizadores han alcanzado un uso clínico o se encuentran en investigaciones clínicas. Por ejemplo, Photofrin®, que se usa para el tratamiento del cáncer y RLP068/Cl-PDT que está en pruebas clínicas para su uso en el tratamiento de infecciones bacterianas en heridas.

Quimioterapia fotoactivada: Fármacos más inteligentes y seguros

Mientras que la terapia fotodinámica depende de oxígeno, la quimioterapia fotoactivada explora un camino alternativo. En este caso el fármaco no actúa de forma indirecta, sino que se encuentra enlazado a un receptor o “encapsulado” y es liberado al aplicarle luz. Este enfoque permite lograr un efecto localizado en tejidos pobremente oxigenados, lo cual es una limitante de la terapia fotodinámica.

Las posibilidades son enormes. La quimioterapia fotoactivada puede permitir liberar localmente fármacos que ya se usan clínicamente pero que tienen muchos efectos adversos debido a su baja especificidad. Una vez “encapsulado”, el fármaco se distribuye por el cuerpo y se libera utilizando luz únicamente en el tejido objetivo, evitando así los efectos adversos del fármaco, que pueden llegar a ser muy importantes.

La quimioterapia fotoactivada es un enfoque terapéutico muy novedoso, por lo que los medicamentos están aún en fases de investigación preclínica (en cultivos celulares y animales).

México a la vanguardia: Desarrollando fármacos fotoactivables

México refuerza su posición en este emocionante campo de investigación gracias al financiamiento conjunto de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI) y de la Facultad de Química de la UNAM con la Beca de Repatriación (I1200/111/2024) del doctor Pablo Labra Vázquez, así como a través del financiamiento de la SECIHTI al proyecto de Investigación “Agentes teragnósticos: Oportunidades novedosas para la Química Medicinal en México” (CBF-2025-I-1018) el cual es liderado por el doctor José Norberto Farfán García, del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Química de la UNAM.

El proyecto - en el que participan los autores de este artículo- reúne a un amplio equipo de expertos de diversas disciplinas e instituciones, incluyendo a investigadores de la UNAM, del Centro de Investigaciones Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV), del Centro de Investigaciones en Óptica (CIO) y del Tecnológico de Monterrey (ITESM). Este equipo de investigadores buscará desarrollar nuevos fármacos activables con luz, los cuales puedan ser potencialmente aplicados contra cáncer o para tratar otros padecimientos de relevancia nacional.


*Dr. Pablo Labra Vázquez, departamento de Química Orgánica, Facultad de Química, UNAM. pab.labra@gmail.com

*Dra. Alejandra Romero Montero, departamento de Tecnologías Sostenibles y Civil. Escuela de Ingeniería y Ciencias. Tecnológico de Monterrey. alejandra.romero.montero@tec.mx


Editores científicos: Dr. Iván D. Rojas-Montoya, Dra. Sandra M. Rojas -Montoya


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