Angélica, Beatriz, Claudia y Mayra son trabajadoras sociales del Hospital Juárez de México, su labor no sólo consiste en realizar encuestas o un estudio socioeconómico para definir el costo que pagará el paciente por estar en el nosocomio, su labor implica más que eso.
Desde cárceles, escuelas y hasta hospitales, los trabajadores sociales celebrarán su día en medio de una pandemia que ha trastocado varios sitios y ha dejado miles de muertes en el mundo. Su profesión es una de aquellas que más contención aporta a la sociedad en estas circunstancias.
"Es una profesión, un arte que no cualquiera puede realizar"
Durante mucho tiempo, el padre de Beatriz Hernández, trabajadora social operativa del hospital Juárez, estuvo internado en el Hospital General de La Raza del IMSS. La diabetes, una de las enfermedades que afecta a millones de personas en el mundo, hacia estragos en la familia de la entonces alumna de preparatoria que quería estudiar Medicina.
"Generalmente estábamos hospitalizados tres veces al año y me encontré trabajadoras sociales tan, tan hermosas de verdad que me ayudaban no solamente a conseguir cuestiones para ayudar a mi papá, sino que simple y sencillamente gestionaron dentro de mí para que yo pudiera generar un cambio en mi familia, que nos pudiéramos organizar de tal manera que él pudiera tener una mejor calidad de vida. Creo que eso fue lo que me acercó a Trabajo Social".
Desde ese momento, Beatriz sabía que no se dedicaría a la Medicina y estudiaría Trabajo Social en la UNAM. Durante su tiempo como alumna ella conoció que esta disciplina se lleva muy de la mano con otras y que no sólo se trata de ayudar a la gente de una manera asistencial, sino darle las herramientas para que puedan desarrollarlas.
"Somos un agente aditivo que también estamos inmersos en la sociedad para generar cambios, somos esa chispa que llega a la población para poder incentivar a muchas personas para lograr sus objetivos, no solamente darles. Es buscar la solución desde tu adentro, desde tu hogar, desde tu persona para generar un cambio que se vea inmerso en la sociedad", cuenta Beatriz Hernández, trabajadora social operativa en el Hospital Juárez de México.
Hace 35 años, Claudia Malpica desconocía qué era Trabajo Social; sin embargo, su mamá fue la que le aconsejó meterse a la carrera técnica, mientras veía la posibilidad de entrar a la Escuela Normal Superior, ya que ella tenía otros planes, ser educadora.
Poco a poco, los profesores la convencieron de que Trabajo Social era la carrera indicada para ella, "vas conociendo, vas teniendo experiencias y te vas enamorando de esta carrera y es por eso que a través de los años me quise especializar y continuar con la licenciatura".
Claudia ha trabajado durante 33 años en el hospital Juárez y ha aprendido ha ser empática con los pacientes y a amar su profesión.
"El trabajo social es una profesión, una disciplina, un arte, un arte, porque no cualquier persona puede realizar. Debe tener un conocimiento, una vocación de servicio para poder enfrentar tantas situaciones, sobre todo con la población, con la gente. Es una profesión que no es que no esté reconocida, no la hemos hecho valer"
Trabajo social, una profesión que te hace crecer
María Inés tenía 28 años cuando le diagnosticaron cáncer de colón. Durante su tratamiento ha sufrido varias veces por la quimioterapia, los procedimientos quirúrgicos; sin embargo, quien siempre ha estado ahí con ella es su pareja, quien dejó su trabajo para enfrentar juntos el padecimiento.
Mayra Luna, trabajadora social del hospital Juárez, recuerda que esta joven pareja le ha dejado muchas lecciones y la hecho madurar en varios aspectos de su vida.
"Es una pareja que te proyecta mucho, te proyecta el seguir adelante, te proyecta el que no hay obstáculos grandes para vencer y así tengo afortunadamente la dicha de contar con muchas experiencias que me han hecho partícipe estar ahí, involucrarme con cada uno de ellos" comentó.
Muchas son las experiencias que se llevan las trabajadoras sociales al estar en un hospital viendo cómo los pacientes enfrentan diariamente enfermedades como el cáncer, un tumor cerebral, diabetes o hasta hipertensión.
Angélica Rodríguez cuenta que tiene dos momentos especiales durante su labor como trabajadora social, uno de ellos cuando un bebé que permaneció mucho tiempo en el área de cuneros y lo dieron de alta.
"Hubo un bebé que permaneció mucho tiempo en el área de cuneros, entonces, cuando se lo llevaron de alta, ya se tuvo que ir el bebé porque ya había mejorado su estado de salud, fue muy satisfactorio ver cómo ya se iba el bebé y los papás se acercaron conmigo a enseñarme al bebé y decir 'mira aquí ya está el bebé y me lo va a llevar ahorita', eso fue muy satisfactorio", comentó.
El covid-19 'ataca' a trabajadores sociales
El covid-19 provocó que el Hospital Juárez de México se convirtiera en un hospital covid, lo que provocó que hubiera muchos cambios, así como rotación en el personal, uno de los grupos que sufrió estos cambios fue trabajo social.
Antes de que sucediera esta pandemia, los profesionales en este ramo, llevaban un seguimiento al paciente y la primera interacción con ellos era el estudio socioeconómico que realizaban para conocer mejor el paciente y se pudieran ajustar los precios.
"El covid viene a enfrentarte a los miedos. El miedo más importante es contagiarte, pero no contagiarte por perder la vida tú o por estar mal tú; generalmente si nosotros nos contagiamos, somos un foco de infección también en nuestra familia, entonces, probablemente sufres más pensando en que puedes ser tú el portador de ese virus y que por ti pueda morir la gente que está a tu alrededor", relata Beatriz Hernández.
Mayra Luna cuenta que en ocasiones, el covid-19 llega a escenarios poco favorecedores; sin embargo, hay muchos otros casos en donde el paciente vence al virus y regresa con su familia. Algo que cuenta, la ha hecho madurar.
"Desafortunadamente, hay veces (que) la enfermedad los lleva a escenarios poco favorecedores, pero también es ver la alegría que después de toda esta lucha, de ver cómo la familia se integra mucho más después de este padecimiento y ver que el paciente sale bien, ya está en vigilancia, eso para mí ha sido. Me ha hecho madurar, me ha hecho crecer como persona.
Entre lágrimas y con la voz resquebrajada, Claudia recuerda lo que el SARS-CoV-2 provocó: un giro de 180 grados. Una persona muy cercana a ella falleció desde que inició esta pandemia debido a las complicaciones que provoca esta enfermedad.
"He tenido una pérdida por parte desde que empezó el covid. Tuve una pérdida familiar muy significativa", cuenta la trabajadora social.
"Abrazar a mi papá, eso haré cuando termine la pandemia"
En las últimas semanas, de acuerdo con la Secretaría de Salud, las cifras de casos de coronavirus han disminuido paulatinamente, además algunos estados como Campeche han entrado a la fase de semáforo amarillo, lo que implica mayor apertura de actividades.
Las trabajadoras sociales han tenido que dejar de hacer algunas cosas para salvaguardar su integridad, así como la de sus familias debido a lo grave que puede ser el virus en personas con comorbilidades o adultos mayores.
Mayra dice que lo primero que hará después de que esta pandemia termine será retomar el turismo, ya que es una viajera y amante de los destinos nacionales.
"Estoy enamorada de la República, tenemos una riqueza natural impresionante, gastronómica, el conocer a personas, el conocer sus historias es algo que disfruto mucho, difícilmente yo me la puedo pasar callada, entonces el hecho de conocer otros lugares y otras personas me permite tener la oportunidad de conocer mucha gente. Extraño mucho eso poder conocer varias culturas, otras costumbres, otros paisajes"
Angélica Rodríguez cuenta que lo primero que hará cuando esta pandemia disminuya será abrazar a su papá, con quien tiene una relación muy estrecha y que no ha podido hacerlo desde que inició esta enfermedad a propagarse.
"Abrazar a mi papá, creo que eso es fundamental porque he tenido un poco de distanciamiento con mi papá que es una persona adulta mayor, entonces lo primero sería abrazarlo", relata.
bgpa