La fórmula creada por AstraZeneca para inmunizar a las personas contra el virus que provoca el covid-19 podría ocasionar algunos efectos secundarios, como síndrome de trombosis con trombocitopenia.
Pese a que esto ya se había alertado desde 2021, no fue hasta 2024 que la farmacéutica confirmó ante un tribunal el potencial riesgo, esto, según una investigación realizada por el medio inglés The Telegraph.
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La noticia no es nueva, poco antes de que comenzara a utilizarse de manera masiva, expertos ya habían explicado que, si bien este era un posible efecto secundario de la vacuna, los casos eran sumamente raros y escasos, de hecho, hasta el día de hoy, se han documentado pocas reacciones de este tipo a nivel mundial.
Cuáles son los factores de riesgo
En general, una trombosis es un tipo de afección que ocurre cuando coágulos de sangre bloquean vasos sanguíneos, ya sean venas o arterias.
En este sentido, no es uno, sino varios factores los que pueden detonar los diferentes tipos de trombosis que existen (como la venosa profunda o embolia pulmonar).
De acuerdo con Mayo Clinic y diversas investigaciones, entre ellas un estudio publicado en Human Genetics, los factores de riesgo que se deben tomar en cuenta son:
- Antecedentes familiares: hay factores genéticos que pueden provocar enfermedades de la sangre
- Bajo nivel de plaquetas
- Terapia hormonal
- Pastillas anticonceptivas
- Embarazo
- Puerperio (es decir el periodo de recuperación del cuerpo de una persona que acaba de tener un hijo)
- Lesión en una vena, ya sea por una cirugía, un hueso roto u otro tipo de trauma
- Falta de movimiento
- Trastornos hereditarios
- Un catéter venoso central
- Edad avanzada
- Fumar
- Tener sobrepeso u obesidad
- Enfermedades cardíacas
- Enfermedad pulmonar
- Enfermedad de Crohn
- Diabetes
- Hipertensión
- Colesterol alto
- Falta de actividad física
- Una dieta ‘pobre’ es decir, baja en nutrientes
- Cáncer
- Síndrome antifosfolípido
El datoSíntomas de la trombosis venosa profunda
En el caso de la trombosis venosa profunda, los síntomas son: hinchazón, dolor y calambres en las piernas (que suelen comenzar en las pantorrillas), cambio en el color de la piel de la pierna y sensación de calor en la zona afectada.
¿Por qué moverse poco puede ser un riesgo?
De acuerdo con una investigación publicada en el Journal of Thrombosis and Haemostasis uno de los riesgos más ‘convencionales’ es la inmovilidad.
Esto, según el artículo, debido a que estar mucho tiempo quieto puede hacer que la sangre se vuelva más espesa y se mueva más lentamente, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de formar coágulos de sangre, conocidos como trombosis venosa (TV).
“La inmovilidad, que conduce a cambios reológicos al aumentar la viscosidad de la sangre y la estasis”, señala el informe.
Hay ciertas situaciones en las que este riesgo crece, por ejemplo, durante una hospitalización o después de una cirugía. Sin embargo, para los especialistas es difícil determinar exactamente cuánto aumenta el riesgo debido a las diferentes formas en que se define y se mide la inmovilidad.
Un estudio encontró que los pacientes que estaban inmovilizados tenían más del doble de probabilidad de desarrollar trombosis venosa que aquellos que no lo estaban. En pacientes mayores de 65 años que estuvieron en cama por un corto período de tiempo (hasta 14 días), el riesgo fue casi 6 veces mayor.
Además, se encontró que la hospitalización contribuye en más de la mitad de todos los casos en la población general. Durante la hospitalización, el riesgo de presentar esta enfermedad puede ser de 8 a 10 veces mayor; con la cirugía puede aumentar hasta 6 veces.
Las lesiones en las extremidades inferiores y el uso de yesos, también se han identificado como factores de riesgo, especialmente en personas jóvenes y de mediana edad.
Los viajes largos pueden llevar a períodos de inmovilidad, por lo que también se asocian con un riesgo hasta dos veces mayor.
Cáncer y trombosis
De acuerdo con algunos estudios, el riesgo de padecer trombosis venosa es 7 veces mayor en personas con cáncer, debido a que esta enfermedad puede aumentar sustancias que provocan que la sangre se coagule.
En estos casos se debe tomar en cuenta la ubicación del tumor, la extensión del mismo así como la terapia que recibe el paciente.
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Pastillas anticonceptivas y tratamiento hormonal: ¿aliados de la trombosis?
La terapia de reemplazo hormonal (TRH) es un tratamiento que se llega a utilizar después de la menopausia. Sin embargo, puede aumentar la probabilidad de que se formen coágulos de sangre, un estado conocido como "procoagulante".
Esto se debe a que la TRH puede aumentar los niveles de ciertos factores que ayudan a la coagulación de la sangre y disminuir los niveles de proteínas que la previenen.
El uso de este tratamiento se ha asociado con un mayor riesgo de formar coágulos de sangre, tanto en mujeres de mediana edad como en mujeres mayores. Este riesgo puede ser aún mayor si la TRH incluye una combinación de estrógenos y progestágenos, según investigadores del Centro de Investigación de Trombosis y Hemostasia de la Universidad de Leiden, Países Bajos.
De acuerdo con Mayo Clinic, las píldoras anticonceptivas también pueden aumentar la coagulación de la sangre.
¿Qué pasa con las vacunas de AstraZeneca y Johnson & Johnson?
Los efectos secundarios de la vacuna AstraZeneca ya habían sido reconocidos desde 2021. El reporte de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) detalla que la mayoría de los casos que se habían registrado hasta ese momento fueron de mujeres menores de 60 años y ocurrieron dos semanas después de haberse vacunado.
A la par, en la ficha de autorización para su uso en la Unión Europea, la European Medicines Agency reconoce que la trombosis es uno de los efectos secundarios, sin embargo, destaca que en esto llega a ocurrir en menos de 1 de cada 10 mil vacunados.
Este inmunológico no es el único señalado, la vacuna de Johnson & Johnson también ha sido ligada a casos (contados) de coágulo sanguíneo. El 13 de abril de 2021 la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), dio a conocer que, hasta el 12 de abril de 2021, y con 6.8 millones de vacunas de esta marca aplicadas en la población, se había reportado a seis personas con trombosis del seno venoso cerebral, junto con niveles bajos de plaquetas.
Los casos se presentaron en mujeres que días antes de presentar síntomas se habían aplicado la vacuna. Dado el número, la FDA los catalogó como “casos extremadamente raros”.
Al respecto, expertos en diversas ramas de la salud abogan en favor del uso de las vacunas debido a que los beneficios siguen siendo superiores a los posibles riesgos.
“El riesgo de trombosis (coágulos sanguíneos) con algunas vacunas de COVID-19 es muy bajo en comparación con otras situaciones. Fumar, tomar pastillas anticonceptivas y el propio Covid-19 suponen más riesgo de coágulos sanguíneos”, asegura el Dr. Edgar Pérez Barragán, médico infectólogo adscrito al Hospital de Infectología del Centro Médico Nacional “La Raza” del IMSS.
En este sentido, el riesgo que implica ponerse una vacuna es incluso menor que el que implica padecer covid-19. Según una investigación, por cada millón de pacientes que se enfermaron con el coronavirus, 165 mil presentaron embolia pulmonar y trombosis venosa profunda, según una investigación publicada en la revista Radiology en 2020 y en la que contribuyeron científicos de todo el mundo.
Prevención de la trombosis
De acuerdo con la Asociación Americana del Corazón y Mayo Clinic, hay algunas acciones que pueden ayudar a prevenir esta enfermedad, entre ellas:
Mantenerse en movimiento
Ya sea tras la recuperación de una operación, un largo periodo en cama, o en viajes muy largos, se recomienda estirar y mover las piernas constantemente.
Hay ocasiones en las que los recién operados tienen movilidad limitada, para estos casos, se recomienda el uso de medias de compresión, masajes especiales, o medicamentos anticoagulantes (que deben ser recatados por el médico que da seguimiento al paciente).
Alejarse del tabaco
Está comprobado que fumar afecta el flujo y coagulación de la sangre.
Ejercicio y control del peso
De acuerdo con investigaciones, el sobrepeso y la obesidad aumenta la presión en las venas de la pelvis y las piernas, por lo que mantenerse con un peso adecuado reduce cualquier riesgo. A la par, el ejercicio disminuye el riesgo de tener coágulos sanguíneos.
LHM