La NASA de Estados Unidos y Roscosmos de Rusia completaron el diseño de su misión conjunta Venera D, cuyo objetivo es estudiar la atmósfera y la superficie de Venus planeta con 100 atmósferas de presión y 500 grados.
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La misión consta de dos elementos básicos: el orbitador y la nave de aterrizaje que serán de fabricación rusa. Se instalará una pequeña estación de la NASA de larga duración en el aterrizador —que, según lo previsto, funcionará en la superficie de Venus durante 2 o 3 horas—, que continuará funcionando durante 60 días terrestres después de que el aterrizador deje de funcionar. Las infernales condiciones en la atmósfera y superficie de Venus impiden que la microelectrónica resista más tiempo.
El aterrizador ruso tomará fotografías con cámaras panorámicas, estéreo y cámaras de alta resolución. Las imágenes resultantes responderán a muchas preguntas, según declaró a sputniknews Liudmila Zasova, codirectora del lado ruso del Grupo de Trabajo Científico Conjunto sobre el proyecto Venera D.
Se discuten las ventanas de lanzamiento para 2026, finales de 2027, en 2029 y 2031. Incluso si la financiación comienza este año, para la primera fecha no se llegará a tiempo, y más bien será 2027, comentó.
Elementos adicionales
El grupo de trabajo, después de haber estudiado las tareas científicas de Venera D, descubrió un tipo de vacíos en el programa científico. Así, además de la pequeña estación de larga duración, que se incluye como un dispositivo en el aterrizador, la NASA propuso elementos adicionales que también pueden incluirse en la misión.
Estas son dos estaciones más complejas que pueden vivir 120 días en Venus. Su objetivo es estudiar la atmósfera y el primer estudio de la actividad sísmica del planeta. Ahora todos los modelos de la estructura interna de Venus, que no tienen otros datos experimentales, se basan en el estudio de los fenómenos sísmicos en la Tierra. Las estaciones propuestas, si se convierten en parte de la misión, son un instrumento completamente innovador para la ciencia, declaró Zasova.
Cada una de ellas pesa 60 kilos. Se separarán por adelantado y entrarán en la atmósfera por separado, independientemente del vehículo de descenso ruso.
El segundo elemento adicional propuesto por la NASA es una plataforma atmosférica, es decir, una aeronave que flota en la atmósfera de Venus. Se propusieron siete tipos de plataformas, y tras ser discutidas por el Grupo de Trabajo Científico Conjunto, se eligió la opción de un globo con una altura de navegación variable.
La tercera adición posible es uno o dos subsatélites rusos que observarán a Venus, uno del lado del día y el otro del lado de la noche. El objetivo principal es explorar el plasma del viento solar y su interacción con el planeta.
Los datos científicos de todos los dispositivos se transmitirán al orbitador y de allí a la Tierra. Para la recepción, se utilizarán las estaciones rusas que operan en la Banda X del espectro de radio. También se está discutiendo la posibilidad de utilizar estaciones de Banda Ka estadunidenses, que permitirán multiplicar la cantidad de información transmitida.
RL