Las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de experimentar un episodio depresivo a lo largo de la vida, que deriva de la menstruación, el embarazo y el aborto, los tratamientos de fertilidad, la menopausia, pero también del maltrato físico y cumplimento de estereotipos sociales.
Sí, las mujeres nacen con factores biológicos como una predisposición genética, fluctuaciones hormonales y una sensibilidad de hormonas que medían los estados depresivos, pero también se ven afectadas por la violencia física y psicológica, indicó la médica psiquiatra y académica de la UNAM, Jaqueline Cortés.
La presidenta de la Asociación Psiquiatra Mexicana indicó que las mujeres se enfrentan a múltiples determinantes como el papel maternal, las exigencias culturales relacionados con el cuerpo y la belleza, el rol de amas de casa así como la discriminación laboral.
“Al mundo vienes a sufrir”, “Así es la vida”, se dice entre las mujeres para normalizar la depresión, indicó Cortés en el Lundbeck Mental Health Press Day. No obstante, estos factores causan que las mujeres caigan en un cuadro de ánimo bajo y variabilidad emocional, ansiedad, vómito, irritabilidad, deseos de llorar, insomnio, así como falta y exceso de apetito.
La especialista detalla que cuando un sentido de humor predomina en el actuar de las actividades cotidianas, es cuando se está presentando el trastorno mental, por ello no es suficiente con un "échale ganas","no estés de histérica" o "se te va a pasar", sino por el contrario, es necesario asistir a una clínica para recibir un tratamiento certero.
Ninguna persona está exenta de presentar depresión
El desgano, la pérdida de rumbo de la vida o sentirse todo el día triste puede sucederle a un adulto o a un niño. Pues la edad no influye en la presentación de un cuadro de depresión.
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De acuerdo con el doctor Edilberto Peña de León, los adultos mayores suelen tener cuadros crónicos más frecuentes, pues la enfermedad se asevera con otros factores como la vulnerabilidad, las enfermedades crónicas o el sentimiento de soledad.
Además, si bien el padecimiento es más frecuente en mujeres, los hombres no están exentos de caer en uno o varios episodios de depresión. Tal es el caso de Omar Sanchez, nativo de Guadalajara, Jalisco, quien hace 30 años, cuando cursaba los estudios de la educación media superior, presentó el primer cuadro de depresión.
“Me sentía como algo malo, mi mamá me dio un té porque pensó que era algo pasajero”, dijo .
Las recomendaciones de voz a voz no funcionaban. Tras asistir a diferentes especialistas de cardiología, homeopatía, nutriólogo y hasta un huesero, la enfermedad no era clara, pero los síntomas evidentes: miedo hacer las cosas cotidianas y falta de concentración.
“Se ensayó con uno y otro medicamento, yo me sentía como una carga para mi familia y terminas aislándote hasta que un día me recomendaron ir con un psiquiatra”, platicó Sánchez en el encuentro de salud.
El diagnóstico fue depresión, por lo que comenzó a asistir al médico de dos a tres veces a la semana. El tratamiento fue bueno, pero la enfermedad no termina. Tiempo más tarde, Sánchez tuvo cuatro episodios más de depresión, el último en 2017, con periodo de duración de año y medio.
“De nada me sirve quedarme en mi casa, esto no es como una temperatura que se te quita en dos días, pero ya disfruto de la noche y no le tengo miedo al día. Aunque sé que puedo recaer, tengo que sacar fuerza de voluntad y seguir adelante”, destacó.
DMZ