Científicos de la Universidad de Aix-Marsella, en Francia, advirtieron que existe un peligro que se ha mantenido congelado en el hielo ártico, una zona conocida como permafrost. Dicha zona está conformada en gran parte de la superficie del hemisferio norte por zonas que se mantienen a una temperatura cercana a los 0 °C
De acuerdo a estudio científico compartido por e medio británico The Guardian, la humanidad se enfrenta a una nueva y extraña amenaza pandémica, han advertido los científicos. Los virus antiguos congelados en el permafrost Ártico podrían algún día ser liberados por el calentamiento del clima de la Tierra y desencadenar un gran brote de enfermedad, dicen.
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Las cepas de estos microbios de Metuselah, o virus zombis como también se les conoce, ya han sido aisladas por investigadores que han planteado temores de que se pueda desencadenar una nueva emergencia médica global, no por una enfermedad nueva para la ciencia, sino por una enfermedad del pasado lejano.
Pero el calentamiento global provoca el derretimiento de estas zonas. Con esto se podrían ‘liberar’ virus que permanecen congelados en el Ártico, conocidos como virus zombis.
Jean-Michel Claverie, de la mencionada universidad, señaló que el permafrost es el ambiente perfecto para preservar material biológico.
Es decir que los microorganismos que se encuentran ahí podrían seguir causando enfermedades desconocidas una vez se liberen tras el deshielo.
"Hay virus ahí arriba que tienen el potencial de infectar a los humanos y provocar un nuevo brote de enfermedad", señaló Claverie.
Ante esta situación, los expertos empezaron a establecer instalaciones de cuarentena para identificar y tratar, de manera oportuna, los primeros casos de una enfermedad causada por un ‘virus zombi’.
"En este momento, los análisis de las amenazas pandémicas se centran en las enfermedades que podrían surgir en las regiones del sur y luego extenderse hacia el norte", dijo el genetista Jean-Michel Claverie de la Universidad de Aix-Marseille. "Por el contrario, se ha prestado poca atención a un brote que podría surgir en el extremo norte y luego viajar al sur, y eso es un descuido, creo. Hay virus ahí arriba que tienen el potencial de infectar a los humanos e iniciar un nuevo brote de enfermedad".
Sin embargo, no es la fusión directa del permafrost lo que representa el riesgo más inmediato, agregó Claverie. "El peligro proviene de otro impacto del calentamiento global: la desaparición del hielo marino ártico. Eso permite aumentar el transporte marítimo, el tráfico y el desarrollo industrial en Siberia. Se están planeando enormes operaciones mineras, que van a hacer grandes agujeros en el permafrost profundo para extraer petróleo y minerales.
"Esas operaciones liberarán grandes cantidades de patógenos que todavía prosperan allí. Los mineros entrarán y respirarán los virus. Los efectos podrían ser calamitosos".
Los científicos creen que el permafrost, en sus niveles más profundos, puede contener virus que tienen hasta un millón de años de antigüedad y, por lo tanto, serán mucho más antiguos que nuestra propia especie, que se cree que surgió hace unos 300 mil años.
JCM