¿Alguna vez has pensado que esa 'mala vibra' que sientes cuando estás con tus amigos en realidad la estás generando tú?
Reconocerse como persona tóxica podría ser un duro golpe al ego, pero es importante entender que eso no te convierte en una mala persona pero sí depende de ti cambiar y mejorar.
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Todos en algún momento podemos mostrar signos de toxicidad, pero podemos salir de ahí si lo reconocemos, tomas conciencia y lo gestionamos.
El perfil de una persona con la que los demás no se sienten cómodos ante su presencia y le huyen es el de una personalidad insegura, con baja autoestima y tendencia al control, de apariencia 'sumisa' pero en realidad encubre un perfil pasivo/agresivo.
Verónica Vivero enumera perfiles diferenciados de personalidades tóxicas:
- Envidioso. Cree falsamente que jamás podrá lograr aquello que anhela, así que busca boicotear el éxito de los demás para aliviar su malestar.
- Manipulador. Utilizan sus dotes de seducción para conseguir sus propósitos.
- Pesimista. Son personas muy negativas que contagian a los demás de sus malas vibraciones; proyectan al exterior todos sus males.
- Psicopático. Buscan degradar al otro, carecen de escrúpulos, presentan ausencia total de empatía y resultan el peor pronóstico de todos. Para ellos es imposible la mejoría clínica.
- Tiránico. Son personas autoritarias, pero bajo su fachada de seguridad se esconden muchas carencias afectivas.
Para dejar de ser una persona tóxica primero es importante estar consciente que lo eres y después comprometerte contigo mismo a cambiar.
También es importante aprender a ponerse en el lugar del otro, saber relacionarte desde un punto de vista de igualdad y respeto, ser más flexible con tus ideas y pensamientos y analizar busques mejorar tus puntos débiles.
Todo esto te ayudará a crecer como persona, pero si te resulta complicado hacerlo tú solo no dudes en buscar ayuda profesional.
JCH