Brote de covid-19 continúa en Villa Cuauhtémoc de Altamira y ahora son los menores los más afectados, pues se reciben hasta 15 casos por semana de infantes desde los 2 meses hasta los 12 años con síntomas de este padecimiento.
El regidor y médico de la zona rural de Altamira, Sergio Valdez Trujillo, aseguró que siguen las fiestas en la zona rural y que desafortunadamente son los padres de familia quienes llevan a bebés en brazos o niños para que jueguen en grupos grandes.
"Por semana se pueden llegar atender hasta 15 niños, son de varias edades, van desde los dos meses hasta los 12 años. Los padres de familia deben de ser responsables y evitar exponer a sus hijos a contagios de coronavirus, porque se ve a muchos en fiestas con sus hijos, ahí está el contagio”.
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Aunque esto no ha puesto en riesgo de muerte a los menores, si van a propiciar el contagio de abuelitos que son los más propensos y cuya estadística de mortandad es más alta, por lo que nuevamente hacen el llamado a hacer conciencia porque la pandemia no se ha terminado.
“Es problema muy grave, pues aunque los niños no llegan a ponerse graves, pueden contagiar a otras personas. Los que más corren riesgo son los abuelos y padres, que por alguna situación pueden llegar a morir, sobretodo aquellos que tengan otro padecimiento”.
En el mes de agosto los mismos habitantes de esta comunidad convocaron a “toque de queda” como medida desesperada para frenar los contagios de coronavirus ante la alza exponencial de casos positivos.
El problema se agravó, debido a que residentes que laboraban en otros estados de la república, regresaron a sus hogares en Villa Cuauhtémoc luego de dar positivos en esta enfermedad, ya que no les permitieron seguir laborando.
Hasta hace poco, vecinos y gestores sociales han solicitado el apoyo de las autoridades para conseguir tanques de oxigeno, puesto que las familias enfermas son de escasos recursos y no tienen lo necesario para adquirir los mismos.
También se han recibido donaciones de productos de la canasta básica, con las cuales se forman despensas y se entregan a quienes no pueden salir por estar cumpliendo la cuarentena. Estas se dejan en la puerta de los hogares para evitar tener contactos con los enfermos.