Francisco Albavera Trejo salió de casa un lunes como cualquiera otro rumbo a la universidad. Llevaba mochila, prisa y un examen por presentar. Un cambio en la rutina obligó a sus padres a dejarlo cerca de la estación Pantitlán del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México, sin imaginar que esa sería la última vez que lo verían.
El joven, que estaba a un mes de cumplir los 22 años de edad, debía llegar a la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), casa de estudios donde cursaba la carrera de Ingeniería Informática, pero nunca llegó.
Su madre lo esperaba de regreso en su hogar a las 14:00 horas, como todos los días, pero el paso de las horas se convirtió en una larga espera llena de incertidumbre. Las llamadas y mensajes de celular no fueron contestadas, y poco a poco la preocupación empezó a crecer.
Han pasado más de 13 años desde aquel día y Alicia Trejo, madre de Francisco, continua su búsqueda.
"Todo transcurría con normalidad": el día que Francisco desapareció
Francisco o 'Fran', como su mamá lo llama, desapareció el 26 de marzo de 2012. Las cámaras del Metro de CDMX registraron su ingresó a la estación Pantitlán de la Línea 1 alrededor de las 6:40 horas, pero perdieron su pista cuando accedió a la zona de los vagones. Era plena 'hora pico' y la cantidad de personas que esperaban el tren hizo imposible su localización.
En entrevista para MILENIO, Alicia Trejo explicó que aquel día las cosas no salieron acorde a lo planeado, por lo que Francisco se vio obligado a tomar el transporte para llegar a la universidad.
"Nuestra rutina era llevar a Fran a la universidad, lo dejábamos a dos calles de la escuela, sobre Río Churubusco. Él caminaba porque nos dábamos vuelta para llevar a su otro hermano a la vocacional. Esa era nuestra rutina de todos los días".
"Ese 26 de marzo del 2012, por ciertas circunstancias, yo no sé qué fue, no sonó mi despertador y me levanté un poco más tarde, entonces cambió totalmente nuestro tiempos y ya no nos daba tiempo de llevar a Francisco hasta su escuela".
Ante 'las carreras', Alicia y su esposo decidieron transportar a Francisco hasta el Metro Pantitlán. El joven se despidió y la familia continuó con sus actividades como de costumbre.
"Todo transcurrió normalito para mí, toda la mañana fue normal, dejé a mis hijos y continúe mis actividades normales".
En la tarde, cuando Francisco no llegó a la hora usual, Alicia pensó que alguna actividad se había cruzado, por lo que decidió esperar. Pero el joven no respondió las llamadas ni los mensajes, una actitud inusual en él.
"En ese entonces no había WhatsApp, pero él siempre, si por alguna circunstancia no llegaba a casa a la hora señalada, me mandaba mensaje: 'sabes qué, voy a ir a hacer algún trabajo', 'voy a pasar a hacer alguna compra' o 'llego más tarde'. Me dije: Bueno, a lo mejor se quedó sin pila. Pero no. Ya después de las cinco o casi seis de la tarde ya para mí ya era muy incómodo, porque no era algo normal".
Un mensaje de texto: la primera pista sobre Francisco
Ante el paso de las horas y la ausencia de 'Fran', Alicia Trejo explicó a MILENIO que pidió ayuda a su hijo menor para buscar en las redes sociales alguna pista. Es entonces cuando encontraron el mensaje de un compañero de clases.
"¿Qué onda? ¿Dónde andas? Comunícate".
Relató que su hijo tuvo contacto con dicha persona y esta a su vez le pasó el teléfono de otro compañero de la universidad, quien horas antes había recibido un mensaje desde el número telefónico de Francisco.
"Nos dijo que él había recibido un mensaje proveniente del celular de Francisco, donde decía que 'lo tenían guardadito', que no llamaran a la policía y que cooperaran. Sin saber nada, nos empezamos a movilizar".
"No tienes ni idea a dónde dirigirte. Llamé a mi esposo y fuimos a un Ministerio Público que está a unas calles del domicilio. Ahí nos dijeron que no se podía hacer ninguna denuncia, pero nos canalizaron en patrulla a la Fiscalía Fuerza Antisecuestro (FAS). Ahí inicié todo el caminar que al día de hoy son más de 13 años".
La búsqueda de Francisco en el Metro de la CDMX
Los primeros días tras la desaparición de Francisco no solo fueron angustiantes para la señora Alicia Trejo, sino también llenos de obstáculos por parte de las autoridades y de una labor exhaustiva por parte de ella y su familia en búsqueda de alguna pista.
Una de las primeras acciones fue, con la autorización de la dirección del Metro de la Ciudad de México, realizar la revisión de las cámaras de la estación Pantitlán y el resto de la Línea 1. Casi una semana después de arduas jornadas, lograron localizar al joven entre la multitud.
"Fran desaparece el lunes y nosotros tomamos hasta el día domingo de trabajo en las oficinas del Metro. Nos turnábamos mis familiares. De hecho quien lo ubica no somos nosotros, fue un cuñado mío que estuvo trabajando también ahí nos ha ayudaban, fue quien en esa ocasión lo vio".
La familia buscó a Francisco en cuatro trenes en total; el que pudo haber tomado acorde con la hora de su ingreso y tres posteriores. Tres cámaras lo captaron: una en el pasillo, otra cuando compra el boleto en las taquillas y una última en el túnel de la parte de abajo.
"Fran se ve, va solo, se ve tranquilo, sin ninguna prisa. Solo que cuando ya está en la parte del andén, hay un punto ciego de la cámara donde ya nada más vemos la silueta de Fran sin mayor nitidez. No logramos ver en qué tren se va porque el andén estaba totalmente lleno".
Alicia Trejo explicó que también se revisaron las cámaras del C4 de Pantitlán, que lo captaron cuando descendía del vehículo y se despedía de sus padres. También lo captaron en un semáforo y cuando ingresó al Metro de la Ciudad de México.
"Me dijeron que no comentara nada": el 'carpetazo' en el caso de Francisco
La búsqueda de Francisco en las cámaras del Metro no fue la única acción que la señora Alicia Trejo realizó para dar con el paradero de su hijo. Explicó a MILENIO que las autoridades también le pidieron "convencer" al joven que había recibido el mensaje para que acudiera a declarar.
"Yo sin saber también nada en ese momento le dije: Bueno, ¿pero usted no tiene esa facultad como autoridad para llamar?”. Me dijo: 'Sí, pero es que es un proceso largo. Lo mejor lo más rápido y lo mejor que se puede hacer aquí es que usted lo convenza y lo traiga a declarar".
Alicia refirió que, aunque en un inicio el joven se negó a acudir a la Fiscalía Especial de Investigación para la Atención del Delito de Secuestro a emitir su declaración, bajo el argumento de que "él no tenía nada que ver", aceptó tras ampararse y contratar a un abogado.
"Me pidieron que guardara silencio"
En la entonces Fiscalía Antisecuestros le dijeron que no informara sobre la desaparición de su hijo a nadie, ni a sus familiares, pues "podrían haber consecuencias" en contra de Francisco.La señora Trejo asegura que, si las redes sociales hubieran tenido el impacto de hoy en día, hubiera hecho todo lo posible para dar a conocer el caso.
El 27 de abril de 2012, un día después del cumpleaños número 22 de Francisco, las autoridades citaron al joven, a otros compañeros de la universidad y a Alicia Trejo. Tras una breve plática con los estudiantes, ellos se retiran de las instalaciones.
Cuando fue el turno de ella, las autoridades le explicaron que les hicieron una serie de preguntas relacionadas al mensaje telefónico y a una conversación sospechosa que había encontrado entre su hijo y sus compañeros de clase, pero descartaron que existiera una línea de investigación.
"Sin ninguna investigación más determinaron que de acuerdo con las sábanas telefónicas los chicos se encontraban muy cerca de la escuela cuando recibieron el mensaje de Fran. Me dijeron: pues obviamente estos chicos no tienen nada que ver y dieron por cerrado la única línea de investigación.
Explicó que la única información relevante que le proporcionaron fue que, derivado del mensaje enviado desde el celular de Francisco, existía la hipótesis que el texto pudo haber salido desde Lerma, Estado de México.
"Al poco tiempo, como a los dos meses, como nunca más hubo ninguna llamada ni ningún mensaje, declararon incompetencia y lo declararon como persona ausente. Entonces envían el expediente a lo que en ese entonces era el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes, CAPEA".
El datoHuelga de hambre de madres buscadoras
Alicia Trejo fue una de las 10 madres que, en mayo de 2013, realizaron una huelga de hambre de nueve días frente a las oficinas centrales de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Pese a que Alicia ya había sido diagnosticada con artritis reumatoide y estaba bajo medicamentos, decidió participar.El resultado fue la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
El caso de Francisco y más de 130 mil desapariciones
El caso de Francisco Albavera Trejo no es aislado. Forma parte de una crisis nacional de desapariciones que ha dejado más de 130 mil personas no localizadas en México, de acuerdo con cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).
Cada cifra representa una historia rota, una familia buscando respuestas, y un sistema que, en muchos casos, ha fallado en encontrarlas.
"Parece que a Francisco se lo tragó la tierra", declaró Alicia.
A la fecha, 'Fran' es recordado como un joven deportista, inteligente, dedicado a la escuela y muy amoroso con su familia y amigos.
"Algo que también siempre las autoridades te quieren vender, y a veces hasta dudas porque te lo dicen con tanta convicción, es que puede ser que se cansen de la rutina. A mí me decían: Tal vez su hijo estaba cansado de usted, cansado de esa rutina y quería libertad. A mí no me queda duda de que Fran era feliz con su familia".
En conversación con MILENIO, recordó que su hijo solía levantarse todos los fines de semana a las 7:00 horas para ir a natación. Dos horas más tarde regresaba a casa, desayunaban en familia y visitaban a una de sus hermanas. Los domingos nuevamente iba a nadar y regresaba para pasar tiempo con su familia.
"Yo sé que que él amaba a su familia, que tenía mucho acercamiento con sus tías, con su hermano. Él era como pues su tutor porque Fran era muy inteligente en la escuela, las matemáticas le eran facilitas. Y mi otro hijo en las matemáticas no no se le daban muy bien, entonces Francisco le ayudaba".
Otra característica que recuerda de él es que tenía un círculo de amigos muy pequeño y selectivo, pero siempre intentaba ayudar a quien pudiera.
"Era alguien con mucha luz, muy risueño, muy bromista, era de llevarse bien con todos. A veces no encuentro por donde puede haber una pista para decir: mi hijo andaba con otras amistades, andaba metido en alguna otra circunstancia que no.
Todo el mundo tiene una opinión de Francisco, al menos la gente cercana recuerda que era un chico amable, un chico risueño, un chico comprometido con la escuela, con su casa".
"Mi miedo es que no me alcance tiempo para obtener una respuesta"
Alicia Trejo recordó en conversación con MILENIO que, previo a la desaparición de Francisco, se dedicaba a su familia, esposo e hijos. En 2012, todo cambió y fue obligada a convertirse en una madre buscadora.
"Cuando Fran desaparece, yo veía a compañeras que ya tenían tiempo en esta búsqueda que me invitaban a cursos, a talleres y yo siempre decía: No tengo tiempo para esto. Yo lo que necesito es buscar a mi hijo, esto de qué me puede servir.
Desafortunadamente, con el tiempo vas dándote cuenta que es una herramienta tan útil que he tenido que aprender nociones en cuestión forense, en cuestiones de herramientas para poder trabajar la tierra".
Pese a ello, explicó que no ha tenido la "fuerza" de hacer un búsqueda en campo, pues sería aceptar que no encontrará a Francisco con vida.
"En alguna ocasión, hace unos años me invitaron a la Ajusco. Me presenté, pero no tuve esa fuerza de hacerlo. Tal vez con la esperanza de decir que mi hijo lo quiero encontrar vivo. Por las circunstancias del país creo que es un punto, una meta, que tengo que cumplir, algo que aún me falta hacer".
"Sé que existe la posibilidad porque a Francisco no le encuentro ningún lugar. He recorrido psiquiátrico, hospitales, los reclusorios, los semefos. Pero en lo público, Francisco no está".
Señaló que continúa con fuerza gracias a su familia, a la fe en un Dios y al acercamiento de muchos jóvenes que han querido dar a conocer el caso.
"Yo creo que en los jóvenes está nuestro país, creo que pueden hacer muchos cambios".
Pero su motivación más fuerte, declaro, continúa siendo poder recibir una respuesta de su hijo.
"El miedo que yo tengo, porque desafortunadamente lo he visto con compañeras, es que no me alcance el tiempo, que no me alcance ese tiempo de poner de poder obtener la respuesta, de saber dónde está Francisco".
RMV.