Los artesanos de las esferas de Chignahuapan, la icónica artesanía navideña de vidrio soplado con aplicación de nitrato de plata, se enfrentan a una oleada de factores que ponen en riesgo su oficio: la piratería y la industrialización de los procesos de fabricación.
MILENIO tuvo la oportunidad de conocer el método, en peligro de extinción, que los artesanos mantienen vigente para la elaboración de piezas únicas que son del agrado de todos a nivel local, nacional e internacional.
El recorrido se hizo en la localidad de Tenextla, donde el artesano Alberto Villanueva, de 'Azul Pinta', dedicó más de una hora de su tiempo para compartir a nuestros lectores cómo se elaboran las piezas que encantan a millones.
El primer paso en la creación de una esfera de vidrio soplado, del tamaño y diseño que sea, consiste en la técnica del globeo.
"Consiste en tomar una varilla de vidrio neutro, quitarle un pedacito de vidrio a esa varilla para hacer la esfera que nosotros queramos: trompos, baleros, yoyos, lo que se nos ocurra. La varilla se pone al fuego, que sale a presión para modelarlas", comentó.
"Posterior al globeo viene el plateo, que es cuando se le inyecta nitrato de plata a la esfera; pasa por una reacción con calor, el cual hace el efecto espejo", continuó.
Lo anterior es un paso fundamental porque exhibe qué esferas son auténticas, ya que algunas empresas, en su afán por producir más a menor costo, sustituyen la aplicación del nitrato de plata por aluminio.
Si bien las esferas tienen la misma apariencia con cualquiera de las técnicas, la de aluminio tiene una resistencia de apenas tres meses, pues la pintura se cae al contacto con el calor o el agua.
"Luego pasamos al paso número tres, que es el de pintura. Un baño de pintura sólido en el color que nosotros deseemos: blanco, rojo, dorado".
Pero este paso no lo puede hacer cualquiera, ya que los artesanos se toman el tiempo necesario para trabajar con cautela, paciencia y dedicación. Cada decorador plasma su imaginación y su creatividad completamente a mano, por lo que cada pieza es única.
Una vez que la pintura seca por algunas horas, la esfera pasa a la fase de recorte, que es cuando se le quita el excedente de varilla de vidrio con una piedra de esmeril y la propia mano del artesano.
Lo siguiente es el encasquillado, que es cuando se introduce una corona o capuchón con gancho a la esfera para que pueda ser colgada y soporte su propio peso.
El séptimo y último paso es el empaquetado, fundamental para garantizar que las piezas se conserven mientras son vendidas en Chignahuapan o mediante envíos en línea, sin temor a que se rompan en el traslado.
Clonación, "un mito": Alcalde
A propósito de la piratería que enfrentan los productores de esferas, Juan Rivera Trejo, presidente municipal de Chignahuapan, afirmó que la incursión del mercado chino "es un mito."
El alcalde afirmó en entrevista con esta casa editorial que Chignahuapan seguirá al frente en la elaboración de los adornos porque se ha ganado el prestigio suficiente a base de calidad y buen precio.
"Es muy difícil que la clonen, no es tan sencillo porque la gente que viene a Chignahuapan exige calidad, exige algo que, te vuelvo a repetir, sea personalizado. Al final es un lujo y lo vas a comprar a como te guste", dijo
Rivera sostuvo que Chignahuapan no perderá su esencia como único productor de esferas, pues las familias que adaptan sus casas como talleres se cuentan por decenas en el Pueblo Mágico.
"Tú puedes recorrer cualquier rincón de Chignahuapan, tocas en una casa y están haciendo esfera y la están decorando", añadió.
CHM