El obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, aseguró que la aprobación del matrimonio igualitario en Guanajuato, votada con 25 votos a favor y 9 en contra, se dio “al capricho o a la sumisión” de los legisladores, y afirmó que la decisión no modifica la postura de la Iglesia.
Díaz Díaz señaló que, aunque el Congreso haya reformado la ley, para la institución religiosa la definición del matrimonio permanece intacta.
“Bueno, como ya otras veces les he dicho, las leyes a lo mejor se podrán cambiar al capricho o a la sumisión de los legisladores a esta cultura de muerte, pero la naturaleza y dignidad de la persona deben prevalecer”, expresó el obispo.
Reconoció que la reforma otorga derechos a las parejas del mismo sexo, pero insistió en que el término “matrimonio”, desde la visión de la Iglesia, no cambia.
“Se pueden aprobar acciones, se puede aprobar el matrimonio igualitario, pero la realidad sigue siendo otra. A lo mejor estas leyes pueden darle algunos derechos, un marco jurídico a estas personas que merecen nuestro respeto, pero la dignidad de la persona no la podemos cambiar”, afirmó.
Finalmente, reiteró que el matrimonio, según la doctrina católica, “sigue siendo solamente entre hombre y mujer en el sentido pleno de la palabra y como nosotros lo entendemos”.
El pasado jueves 4 de diciembre, el Congreso de Guanajuato aprobó la reforma al Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. La votación registró 25 legisladores a favor y 9 en contra, incluyendo posiciones divididas dentro de la propia bancada del PAN.
Con esta decisión, Guanajuato se suma a las entidades del país que reconocen legalmente el matrimonio igualitario. La reforma establece que las uniones civiles podrán celebrarse entre dos personas sin distinción de sexo o identidad de género, actualizando así el marco jurídico estatal en materia de derechos civiles.