Los intrusos llegaron como delincuentes, rompieron las endebles láminas recicladas que servían de cerco de la vivienda, se aproximaron hasta la habitación donde estaba Belarmina Rodríguez Cordero, la querían sacar de su cuarto cuando estaba durmiendo, así fue la infamia que cometieron sujetos que hicieron el desalojo de la mujer de 103 años de edad, cuenta su hija Lucia Esquivel Rodríguez.
En la sociedad hay enojo y en la familia desesperación, viven el abandono de la justicia, de las autoridades que hasta este martes no habían concretado ayuda alguna a la mujer que lo único que pide es regresar a su hogar, aquel que habitó por más 60 años, su único patrimonio del que fue despojada por su hijo Daniel y su nieta Angela, que con amaños con autoridades estas les extendieron un documento que les da la posesión de un inmueble que legal y moralmente no les corresponde.
¿Cómo comenzó el despojo?
Doña Belarmina Rodríguez Cordero compartía su hogar con su hijo Daniel, hace seis años enfermó de gravedad, fue intervenida quirúrgicamente de la apéndice, le extirparon un ovario; por su delicado estado de salud necesitaba de cuidados continuos que por su edad ella no podía hacerlo, su hija Lucia Esquivel la llevó a su casa para darle la atención que necesitaba.
La mujer estuvo varias semanas ausente de su hogar, fue en este lapso que Daniel y su hija Angela aprovecharon para sustraer documentos de 'Doña Mina', como le llaman sus familiares y conocidos, se llevaron la escritura, su credencial de elector, de Inapam, entre otros instrumentos, que les sirvieron para iniciar el proceso de una nueva escritura, al argumentar la nieta que le habían vendido el inmueble en 80 mil pesos, dinero que supuestamente entregó a su abuelita.
En el 2021 se dio el primer intento de desalojo, en esa ocasión, una de sus hijas de doña Mina que vivía junto a la propiedad de la abuelita, al darse cuenta de lo que había hecho su hermano y sobrina, le reclamó a Daniel, quien en respuesta la golpeó y el hombre se fue de la casa de su mamá.
Al conocer del problema que había y ante el temor que le pasara algo a Belarmina, Lucia se trasladó a vivir con su madre, se hizo cargo de su cuidado, además de las visitas frecuentes de sus hermanas y hermano.
Ese primer intento de desalojo, no se concretó porque los documentos que presentaron eran apócrifos; como reacción a ello, las hijas e hijo de Doña Mina, iniciaron un procedimiento legal, lamentablemente el abogado que tenía el caso, “se vendió”, no avanzó en el juicio, así con retrasos siguieron luchando en la defensa de la propiedad de la mujer.
Fue el pasado viernes 5 de diciembre cuando Lucia se trasladó a la ciudad de Puebla a recibir atención médica y dejó a su hijo para que cuidara a Doña Mina.
De repente comenzaron a escuchar ruidos, por lo que el nieto salió del domicilio para conocer lo que ocurría y observó que al menos 15 sujetos que rompían el cerco improvisado, se dirigieron a la habitación donde estaba su abuelita.
Ante esto, el nieto comenzó a llamar a sus familiares avisándoles lo ocurrido, pidiendo ayuda porque temía que le hicieran daño a la ancianita.
Los hombres se aproximaron a la habitación donde Doña Mina dormía y en ese estado la querían sacar, su familia no permitió eso y mejor la despertaron, fue entonces cuando la llevaron a la calle donde quedó sentada en su silla de ruedas, a un lado sus pertenencias.
Aseguran que este desalojo se dio arbitrariamente, documentos a los que tuvo acceso la familia, indican que a quien iban a desalojar por supuesto falta de pago de una renta, era a Inés Angélica Cortés González, persona que no radica en el domicilio de Belarmina Rodríguez.
Sin embargo, las personas que llegaron no preguntaron por Inés, solo iniciaron con el despojo en presencia de cuatro patrullas de la policía municipal con uniformados a bordo, inclusive hubo algunos elementos de la Guardia Nacional, acusan familiares.
Daniel es un irresponsable, no trabajaba, vivía de la pensión de su madre y la obligaba a que le preparara alimentos para que él comiera.
Belarmina quiere regresar a su casa
A sus 103 años, Belarmina Rodríguez Cordero esta lucida, sabe lo que le hicieron y llora de tristeza, por momentos entra en un estado de depresión porque, “ya no veo las horas para regresar a mi casa”, dice la mujer quien asegura que no vendió su hogar.
Doña Mina está preocupada no solo por estar fuera de su hogar, también por sus dos perros y un gato, por quienes pregunta con insistencia si ya comieron y cómo están.
Mientras tanto u hija y nieta le dan palabras de consuelo para que no este triste, cuando la realidad es que no saben de los animales, ellos no se pueden acercar al domicilio porque está ocupado por personas ajenas a la familia.
Por la difícil situación que vive Doña Mina, sus familiares están pidiendo la intervención del gobernador del estado Alejandro Armenta y la Presidenta de la República Claudia Sheinbaum, para que a través de las dependencias, investiguen este caso, procedan contra los responsables y les den seguridad temen por su integridad.
CHM