Dueños de purificadoras de agua locales, que surten a los vecinos de Iztapalapa, están padeciendo el cierre de los pozos de agua en el Estado de México tras el operativo Caudal, lo que los ha orillado a cerrar sus negocios sin saber hasta cuándo podrán regresar a trabajar.
El operativo fue desplegado por fuerzas federales y estatales en 48 de los 125 municipios mexiquenses el viernes 24 de octubre, con el fin de desmantelar la extracción clandestina de agua.
Pero ha afectado a los pequeños negocios en colonias como Santa María Aztahuacan, Santa Cruz Meyehualco, Citlali, Palmitas y Zona Urbana Ejidal Santa María Aztahuacan.
“Esta situación nos ha afectado bastante porque ahora sí ya no hay ingresos para sostener la purificadora y a uno mismo, de este negocio nos mantenemos y también a la familia”, dijo el señor Omar González, quien hace 4 años abrió inició con este giro.
Otros negocios que dependen del suministro de pipas provenientes del Estado de México reabrieron este miércoles. En avenida 5 de mayo, en la colonia Santa Cruz Meyehualco, dos purificadoras comenzaron a trabajar a penas al 30 por ciento de su capacidad.
“Anoche me trajo mi pipero agua, pero nada más me dejó 3 mil litros para trabajar. Ellos están formados en un pozo de Texcoco. Hay una fila enorme de pipas formadas para podernos traer el sustento que es el agua”, contó Edith, dueña de la purificadora La Guadalupana.
Durante estos días, los vecinos tuvieron que comprar garrafones en tiendas de autoservicio al triple de costo, ya que un garrafón de 20 litros en una purificadora cuesta de 20 a 25 pesos y en una tienda de autoservicio de 60 a 70 pesos, e incluso, hubo quienes hicieron compras de pánico en las tiendas de abarrotes de su colonia.
El operativo Caudal dejó 190 pozos asegurados, 160 tomas clandestinas clausuradas y 250 pipas decomisadas.
HCM