Ciencia e innovación clave para la seguridad alimentaria

Hambre mundial. Bayer invierte de forma anual 2 mil millones de euros para ofrecer soluciones tecnológicas a los pequeños agricultores

Para 2030, el ocho por ciento de la población seguirá en condiciones de desnutrición. (Cortesía)
Carlos Hernández Hernández
Ciudad de México /

Durante 2021, se estima que entre 702 y 828 millones de personas se vieron afectadas por el hambre, 150 millones más que desde el inicio de la pandemia por covid-19, y se estima que para 2030 serán alrededor de 670 millones de personas las que seguirán desnutridas, lo que representa el 8 por ciento de la población mundial, según el informe: El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2022 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación (FAO).

Estos datos, además de la pandemia, se han venido a agravar con la crisis y guerra en Ucrania, los impactos del cambio climático evidentes desde hace años, y con la situación actual relacionada al combustible, señaló Nery Echeverría, director comercial de Bayer Crop Science para México. Perspectiva que confirma otro reporte reciente de la ONU, en el que da cuenta de la sequía en el Cuerno de África, y de otros 19 países considerados “puntos calientes” del hambre en el mundo.

Este panorama hace necesario que todos los actores: gobiernos, sociedad, empresas, etc. trabajen en conjunto; “desde el lado de Bayer, creemos que la ciencia y la innovación tecnológica pueden jugar un rol importante en asegurar la producción de alimentos que necesita la población creciente. Invertimos más de 2 mil millones de euros cada año en investigación y desarrollo para generar mejores semillas, más resistentes a plagas y enfermedades, al impacto del cambio climático, así como para generar herramientas digitales y productos para cultivos”, es decir, un conjunto de soluciones para los agricultores, que son, para Bayer, los actores principales en la producción alimentaria, señaló Echeverría.

Algunas acciones puntuales que Bayer está llevando a cabo para apoyar el campo, son: inversión en enfoques prometedores para mejorar la fertilidad de plantas con alternativas a los fertilizantes sintéticos, como Andes, Sound Agriculture y Joyn Bio; trabajar de la mano con Ginkgo Bioworks para desarrollar soluciones biológicas para la optimización del nitrógeno, el secuestro de carbono y la protección de cultivos de nueva generación; también el desarrollo e impulso de uso de métodos de agricultura digital para evaluar y optimizar la composición del suelo, la humedad, el contenido de nutrientes, el clima, las variedades de semillas, entre otros.

En cuanto a los efectos del cambio climático, se trabaja en desarrollo de herramientas tales como sistemas para reducir la labranza (número de veces que se pasa una máquina en la tierra), así como otros para asegurar la cobertura en el suelo cuando no se cultiva y con eso evitar las emisiones de gases de efecto invernadero al mismo tiempo que se mejora la calidad del suelo.

Por otro lado, es importante generar políticas públicas para reducir la dependencia de importaciones de algunos productos. Aunque México ocupó el octavo puesto en producción de maíz en el mundo (Panorama agroalimentario 2021), por ejemplo, una gran parte del maíz que consumimos proviene de Estados Unidos, de donde importamos casi 16 millones de toneladas al año. Ante esta situación, Echeverría señaló que el uso de la innovación y la tecnología puede contribuir a una mayor producción en cada entidad del país y así lograr contar con rendimientos como el de Sinaloa, que ocupa el primer lugar de producción nacional.

Para Bayer, que en este 2022 cumple 100 años de presencia en México, el propósito es llegar a 100 millones de pequeños agricultores de aquí al 2030 con el objetivo de aumentar su productividad, proporcionándoles, además de las herramientas tecnológicas, formación, orientación y acceso a sus semillas innovadoras. Nery Echeverría destaca que han alcanzado la mitad de ese objetivo, especialmente en las comunidades de bajos recursos y medios, donde la inseguridad alimentaria es más frecuente: “Necesitamos producir la cantidad adecuada de alimentos, pero también asegurar que las personas tengan acceso a esa producción en cantidades nutritivamente suficientes”, concluyó.

La cifra:

150 millones

De personas se sumaron a las que sufren hambre a nivel mundial desde el inicio de la pandemia por Covid-19






RRR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.