Adoptar o tener nuevo un perro en casa es una decisión que no debe tomarse a la ligera, ya que supone una gran responsabilidad que debe sostenerse durante varios años. No obstante, estos animales saben recompensar ese esfuerzo con fidelidad, compañía y muchas demostraciones de amor.
Más allá de si consideras que un lomito forma parte de tu familia o no, lo cierto es que si ya decidiste tener uno en casa necesitas iniciar un proceso de adaptación para que tanto tú como él estén a gusto y disfruten de esta aventura juntos.
Consejos para que tu perro se adapte en casa
Aunque todos los casos tienen sus particularidades, hay algunas acciones generales que son útiles para que tu nueva mascota se adapte a tu hogar y aprenda a convivir con quienes viven ahí.
Lo primero que te recomendamos es conseguir los accesorios de uso cotidiano como platos para su comida y agua, una correa, una camita y productos para su aseo diario y a profundidad como el baño mensual o bimestral, según te recomiende el veterinario.
Los juguetes también tienen un rol interesante en el proceso de adaptación y socialización de tu perro, ya que así entenderá poco a poco que de todo lo que existe en casa solo puede morder y jugar con esos artefactos.
Para darle identidad tienes que ponerle un nombre que se aprenderá al escucharlo de manera repetida, y así estará listo para atender tus llamados e instrucciones. Esta parte es divertida porque permite que se involucren los integrantes de la familia y discutan qué nombre le viene mejor con base en su aspecto físico y carácter.
Aunado a lo anterior, es importante conseguir un collar con el nombre del perro y tus datos de contacto, lo cual es clave en caso de que decida explorar el mundo sin tu permiso.
En cuanto a la disposición del mobiliario de tu hogar, debes tener cuidado en no exponer a tu peludito a situaciones u objetos de riesgo, ya que es muy curioso y su modo de conocer su entorno es a través del olfato y el gusto. También considera reducirle el acceso a lugares como escaleras, balcones, albercas, cisternas y otros que supongan un riesgo.
Por eso lo ideal es que durante los primeros días en casa estés al pendiente, a fin de garantizar su seguridad y enseñarle dónde puede y no estar, e incluso en qué lugar tiene permitido hacer del baño, especialmente si por tus actividades no puedes pasearlo durante el día. Este proceso de aprendizaje requiere paciencia y se gana con la fuerza de la repetición y la recompensa, no de la violencia; recuerda el condicionamiento de Pavlov.
Otro aspecto importante es definir una rutina que incluya horarios de comida, paseos y horas de juego; sin esta secuencia constante la adaptación de tu perrito no será óptima y llevará mucho más tiempo. Si vives con más personas es recomendable compartir estas tareas, a fin de dividir esfuerzos y estrechar el vínculo colectivo.
Con respecto a la alimentación, es elemental tener la orientación de un veterinario que te diga lo que más le conviene a tu nueva mascota, en función de su raza, edad, características físicas y contexto en el que haya nacido/crecido (especialmente si es adoptada o rescatada).
En ese sentido, hay alimentos procesados que son una opción completa y balanceada para la mayoría de los perros. Por ejemplo, Pedigree ofrece una gran variedad de productos, que incluyen croquetas, alimento húmedo y snacks.
Como mencionamos anteriormente, un veterinario es la persona ideal para que revise periódicamente la salud de tu perro y te enseñe a disciplinarlo, alimentarlo y cuidarlo. Por eso busca uno de confianza que resuelva tus dudas y eleve la calidad de vida de tu lomito.
Por último, recuerda que todo cambio requiere un tiempo de adaptación que no siempre es lineal y ascendente, así que mantén una actitud positiva, cariñosa y firme. Dale oportunidad y espacio a tu mascota de aprender, equivocarse y mejorar conforme crece y asimila su nueva forma de vida. Un perrito contento, tranquilo y querido siempre mejorará tu ánimo y tus días.
DG