Mientras que Estados Unidos suministra poco más de 70 por ciento del plasma para el mundo, en México se genera apenas el cinco por ciento del que se demanda a nivel nacional, así lo alertó el doctor Francisco Espinosa, presidente de la Fundación para Niñas y Niños con Inmunodeficiencias Primarias (Fumeni).
Y es que, según datos de la propia fundación, el país no es autosuficiente y depende de la importación de plasma de otras naciones para la generación de Terapias Derivadas de Plasma (TDPs), por lo cual no existe garantía de que el país pueda tener un suministro seguro y suficiente, ocasionando un problema de salud pública.
“Nos enfrentamos a un aumento en la demanda de estas terapias derivadas del plasma, las cuales son necesarias para el tratamiento de enfermedades graves y raras, así como las hemopatías y las inmunopatias, para el trasplantes de órganos, enfermedades neurológicas autoinmunitarias, quemaduras extensas y cirugías cardiacas”, abundó el doctor Espinosa durante el lanzamiento de la campaña Plasma que Salva, alianza formada por médicos, especialistas del sector salud y pacientes, que busca un cambio en la legislación actual para incrementar la obtención de plasma, compensar a los donantes y potenciar la cultura de la donación.
“Mi organismo dejó de producir anticuerpos. Dependo 100 por ciento del plasma, el procedimiento que necesito es semanal. Necesito cuatro frascos por semana, 208 frascos anuales, lo que se traduce en 130 donadores al año”, declaró Claudia Moreno, integrante del Comité de Familias de la Fundación y paciente diagnosticada hace 15 años con Inmunodeficiencia Común Variable.
“Estados Unidos o Alemania han conseguido autosuficiencia en su recolección por medio de la implementación de esquemas de cooperación entre los sectores público, privado, académico y científico en los ámbitos nacional e internacional. Lo anterior, priorizando la seguridad de donantes y pacientes a través de rigurosos procesos tecnológicos que permiten a las autoridades sanitarias mantener controles de calidad de riguroso estándar, reflexionó el doctor Juan Manuel Cisneros, jefe de Auxiliares de Diagnóstico del Instituto Mexicano del Seguro Social.
“Desde Plasma que salva queremos impulsar la legalización de la donación voluntaria y compensada en nuestro país. Esto no solamente para promover que México pueda asegurar el suministro de plasma y se apueste por una iniciativa para mejorar el sistema de salud pública y así podamos mejorar la atención a nuestros pacientes”, puntualizó el patólogo clínico.
En este sentido Mayela García detalló que la fundación busca un diálogo con las autoridades de Salud, particularmente con el secretario de Salud, Jorge Alcocer y el subsecretario, Hugo López Gatell, así como los representantes de la Cámara de Diputados y Senadores para que tomen en cuenta esta iniciativa y se modifique la ley existente para tener una mejor captación de donadores y contribuir a salvar millones de vidas.
Ante este escenario de potencial escasez, se suma el impacto de la pandemia de covid-19, que no solo frenó y desalentó la donación de plasma, sino que ha provocado una alerta generalizada a nivel internacional.
RRR