ESG+T2, añadiendo criterios a la estructura del presente

El concepto ESG protagoniza conversaciones en el entorno empresarial, pero la adición de nuevos elementos comienza a proponerse por distintos frentes. La tecnología y el talento, por ejemplo, ya cuentan con sustentos de investigación y consultoría

La tecnología tiene múltiples aplicaciones en los criterios ESG, y al sumarse, se potencian. (Pixabay)
Ciudad de México /

La conexión que buscan construir las compañías con su entorno ha ganado terreno los últimos años. El ambiente empresarial está motivado por nuevas expectativas que recaen sobre las organizaciones, y por la revaloración de los activos intangibles. Ambos pilares son guiados por los stakeholders y se centran en criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

Hoy, el tema ESG ya no es visto como parte de las —antañas—prácticas empresariales, sino como un must para la gestión de riesgos estratégicos que, a su vez, se traducirá en permanencia a largo plazo y blindaje reputacional.

“Las empresas deben pensar en un nuevo argumento que brinde licencia social. Este cambio responde a nuevas regulaciones, formas de comunicación, protección de datos personales y presiones de grupos de interés. Este reajuste debe tener sus cimientos en lo ESG para dar paso a lo ESGT y más allá”, dice Mauricio Gutiérrez, Chief Strategy Officer de JeffreyGroup.

Añadiendo la ‘T’

El reconocimiento de los criterios ESG trae consigo la extensión del concepto. La experta Andrea Bonime-Blanc (1) , fundadora y CEO de GEC Risk Advisory, propone la adición de la ‘T’ de ‘Technology’, como un argumento de múltiples implicaciones en la era digital.

Con la expansión de oportunidades y riesgos, se vuelve vital la conciencia de la situación actual de las empresas, sin importar la rama o actividad en la que se enfoquen. Fallos en ciberseguridad e inequidad digital, figuran entre los riesgos globales que más han empeorado desde 2019 (2).

Otros riesgos tecnológicos, señalados en el trabajo de Bonime-Blanc (3), son la ciberseguridad, nanotecnología, inteligencia artificial, datos biométricos, el Internet de las cosas y los deep fakes.

La tecnología tiene múltiples aplicaciones en los criterios ESG, y al sumarse, se potencian. En esas convergencias, los puntos de encuentro entre una letra y otra, es en donde radica el valor de una estrategia ESGT. La tecnología hace posible que las operaciones reduzcan costos, tiempo e impacto ambiental. Además de ser la vía que arroja la data necesaria para interpretar el posicionamiento de las organizaciones.

La T2

Con la tendencia de expandir el concepto hacia áreas específicas, ya se menciona la necesidad de añadir una nueva ‘T’, por ‘Talent’, el corazón de las compañías.

El argumento es que, durante la crisis sanitaria, las organizaciones entendieron que cualquier acción que piensen realizar tiene un impacto, o beneficio, directo en los colaboradores.

Una empresa adopta los criterios ESG+T2 si se establece una correcta gestión de las acciones corporativas al interior de la organización, priorizando el salario emocional. Esto tiene la posibilidad de combinarse con una eficiencia operativa, gracias al uso de tecnologías limpias.

Los empleados son los que hacen posible cualquier estrategia de estas características. Su relevancia es tal que “las empresas ven al colaborador como elemento estratégico para avanzar en el encaje del propósito y la gestión del riesgo, lo que genera blindaje reputacional e impulsa el avance hacia la excelencia corporativa”, comenta Mauricio Gutiérrez, CSO de JeffreyGroup.

Los resultados que una compañía puede obtener de una adecuada gestión del capital humano son medibles. El Informe Forética 2022 (4) concluye que las mejores compañías, en cuanto a satisfacción del talento y capacidad de atraer colaboradores, son aquellas con puntuaciones en ESG hasta 14% más altas que sus contrapartes.

Con estas nuevas formas de operar, las empresas pueden conectar de manera más profunda con su entorno y revalorizar los activos intangibles, para así ofrecer opciones sostenibles a sus stakeholders y responder a una nueva realidad.

Texto de: Content Hub de JeffreyGroup México, y Mauricio Gutiérrez, Chief Strategy Officer de JeffreyGroup.

Referencias:

(1) Bonime-Blanc también es autora de otros libros especializados en la materia, como ESGT Megatrends Manual 2022-2023 (Diplomatic Courier, 2022).(2) The Global Risk Report 2022, WEF.(3) Gloom To Bloom: How Leaders Transform Risk into Resilience and Value (Routledge, 2020). (4) Informe Forética 2022: Sostenibilidad, la visión ante un futuro incierto








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