“Sabemos que el futuro nos puede alcanzar pronto, pero ¿cómo debemos prepararnos para esa transición?”. En 2012, un grupo de ingenieros mexicanos daba vueltas en torno a esa idea. No es extraña una cavilación de esa índole en una generación que creció adoptando constantemente conceptos como el esmog, la capa de ozono, los rayos UV, contaminación… Sería una plática común excepto por un detalle: aquellas conversaciones serían el motor de lo que se convertiría hoy en la flotilla de vehículos eléctricos más grande de México y una de las más extensas de América Latina, así como la simiente de sustentabilidad de la panificadora más grande del mundo.
Hace nueve años, impulsados por la convicción de que la electromovilidad es el futuro, un grupo de jóvenes ingenieros de la empresa Moldex, filial de Grupo Bimbo, comenzaron a transformar un motor de combustión y hoy cuentan con más de mil 300 unidades eléctricas circulando en todo el país para llevar los productos de la panificadora.
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“En Grupo Bimbo desde nuestros inicios hemos trabajado en sustentabilidad”, afirma Alejandra Vázquez, directora de Sustentabilidad de Grupo Bimbo, “estamos trabajando fuertemente en una nueva estrategia que va completamente ligada al propósito del negocio que es: Alimentamos un mundo mejor, a través de tres variantes: primero buscando la mejor nutrición con la estrategia Para ti; también hablamos de cómo empoderamos a las comunidades con las que interactuamos con Para la vida, y en el cuidado del medio ambiente, Para la naturaleza”.
En 2018, Bimbo se unió al RE100, iniciativa que compromete a empresas alrededor del mundo al uso de energía ciento por ciento renovable, anunciando que alcanzaría este objetivo en el año 2025. Y recientemente, la panificadora se sumó a las iniciativas Race to Zero de Naciones Unidas y Business Ambition for 1.5°C, con metas validadas por Science Based Targets y el compromiso de convertirse en una empresa con cero emisiones netas de carbono a escala global para el año 2050.
Con presencia en 33 países, las estrategias en material de movilidad para alcanzar este propósito son distintas: en Estados Unidos han incluido vehículos que funcionan con energías como gas natural, y en Brasil con etanol, todo depende de la tecnología y opciones disponibles para reducir las emisiones de carbono. Al final, las buenas prácticas se llevan a réplica en donde la firma tiene operaciones.
México, país de origen de Grupo Bimbo, ha sido un semillero de dichas prácticas: además de los vehículos eléctricos, en temas agrícolas colabora desde hace 3 años con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) para el desarrollo de un estándar de prácticas de agricultura regenerativa. Otro ejemplo es la alianza con Ecoce para generar planes de manejo de empaques flexibles de sus productos, de este modo integran al consumidor a una economía circular.
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La directiva de Grupo Bimbo afirma que el camino a la sustentabilidad tiene que estar acompañado por innovación y tecnología por lo que está trabajando con aliados para el desarrollo de una herramienta en la nube para monitoreo de las iniciativas de la compañía, lo que repercutirá en una mejor forma de obtener la información de alguno de los indicadores de emisiones y tomar mejores decisiones en tiempo y forma.
Además, concluye que la sostenibilidad es un ejercicio colaborativo y por ello sus objetivos a corto, mediano y largo plazo al 2050 incluyen a su cadena de valor. Asegura que, aunque en el mercado puedan ser competencia directa con algunas marcas, en el tema de sustentabilidad deben trabajan de la mano por un mundo mejor.
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RRR