El campo de golf Higuera, ubicado en el Proyecto Turístico Integral (PTI) de Litibú es pionero en el empleo de tecnologías para el cuidado del medio ambiente, ya que emplea agua tratada para el riego de la totalidad de sus 18 hoyos.
Y es que Litibú fue pensado para no impactar negativamente al medio ambiente, algo que ocurre de esta forma al hacer un uso racional del agua.
El campo de golf establecido en la zona, Higuera Golf Club, no emplea agua de los pozos que funcionan en el área, sino que aprovecha al máximo la capacidad de la planta de tratamiento de aguas residuales, que son producto, a su vez del consumo del agua desalinizada de mar de las poblaciones.
Dicho esquema no solamente favorece el ahorro de altas cantidades del vital líquido, sino que permite a la población local de Higuera Blanca y Punta de Mita recibir el flujo existente, que es escaso en la región, de agua para su consumo doméstico.
Cuando el PTI de Litibú fue establecido por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), una de las apuestas fue que funcionara con máxima eficiencia en el consumo de agua.
Es por esa razón primero se construyó una planta de tratamiento de aguas negras, y después, una planta desalinizadora, una de las pocas hay en México y que opera a gran escala.
Ahora que Higuera Golf Club ha sido renovada con su nueva junta de inversionistas, han tomado la decisión de utilizar el 100% de su agua de riego a partir de la infraestructura existente, motivando su mantenimiento y subsistencia a largo plazo.
Convirtiendo al campo de golf en una pieza clave del ciclo de reciclaje y aprovechamiento de agua de forma sustentable, que beneficia al medio ambiente, al turismo y a la población.
Proceso de cíclico vital
La planta desalinizadora instalada en Litibú tiene una capacidad de producción de 40 litros por segundo a partir del mar; después, fluye por medio de una tubería dentro del océano hasta un cárcamo de bombeo. El agua de mar es enviada a una cisterna de almacenamiento de una capacidad de mil 400 metros cúbicos, para de ahí, por medio de bombeo a alta presión, tener una última etapa de ósmosis inversa que consiste en cuatro módulos, que da como resultado agua 100% potable.
Una vez listo para su consumo, el vital líquido extraído del mar fluye hacia las poblaciones, que lo consumen domésticamente. Esa misma agua, al convertirse en residual, ahora es conducida hacia la planta de tratamiento que abastece al campo de golf para el riego de céspedes.
Todo este proceso ha marcado un ciclo de autoabasto sustentable para el PTI de Litibú, del cual Higuera Golf Club continuará siendo parte.
Aprovechar aguas residuales que a su vez son originalmente desalinizadas del mar, sin duda es un gran acierto para Higuera.
De acuerdo con el Programa de Agua y Desarrollo Humano de la Universidad de las Naciones Unidas, se trata de un proceso cíclico que resolvería hasta la mitad de la demanda de consumo de agua a nivel mundial, en la antesala de una mayor escasez acentuada por el cambio climático.
En países de Oriente Medio como Qatar, Arabia Saudita o Israel, este es un proceso que soluciona gran parte de la demanda por suministro; sin embargo, en economías de semiperiferia como las de Latinoamérica, se trata de un esquema apenas en desarrollo.
Lo que vuelve aun más oportuna la decisión de continuar empleando el tratamiento de aguas en Higuera Golf Club, pues a pesar de su costo, representa un beneficio irrefutable a la población y el medio ambiente. La mayor afluencia al campo luego de ser renovado, ha traído más turismo y eso también incentiva la actividad económica en el PTI de Litibú y el pueblo de Higuera Blanca. Sus habitantes, por supuesto, seguirán complacidos tanto de mantener una economía creciente y productiva como de aprovechar la infraestructura alternativa de abasto de agua con la que hoy se benefician.
RRR