Expertos de la UNAM detectaron que en las zonas secas, donde se concentran comunidades pobres, se registran más casos de muertes por el virus de influenza. De acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, hay 782 casos de contagio, es decir, 93 por ciento más que 2017 (el año pasado se quedó en 404) y un total de 66 decesos, 266 por ciento adicional a 2017 (el año pasado se ubicó en 16).
Rodolfo Acuña Soto, director del Departamento de Microbiología y Parasitología de la UNAM, explicó que existe un corredor donde no llueve, no llega la humedad y hay mayor pobreza, es donde se concentra mayor mortalidad, como el caso de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, San Luis Potosí y sube al norte, a pesar de que el virus circula en todo el país.
Una persona, dijo, cuando estornuda en un ambiente húmedo esparce el virus 2 metros, pero en un entorno seco llega hasta cinco metros y, en caso de que haya aire acondicionado, puede contagiar todo un edificio.
“Cuando llega la humedad se queda en la costa y al subir a la montaña se enfría, se precipita y entonces pasa el aire seco y frío hacia los valles centrales. Ese corredor que se forma de ambientes secos, vegetación y tierra seca, va desde Oaxaca hacia el norte”, comentó.
En el Primer Foro Nacional de Influenza organizado por Sanofi Pasteur, en Guadalajara, científicos, especialistas y organizaciones civiles destacaron la importancia de la vacunación a 100 años de la primera pandemia conocida como “influenza española”, en la que 2 millones de personas fallecieron a escala global, así como medidas preventivas para reducir contagios y muertes.
Guillermo Ruiz Palacios, director de los Institutos Nacionales de Salud Pública, recalcó la importancia de las vacunas dado que en 2009 el virus mutó y propició decesos en gente de 30 a 40 años de edad, así como personas con obesidad y embarazadas.
También habló de la creación de una planta donde Sanofi producirá en México la vacuna contra dicho virus y tendrá, en unos años, la posibilidad de exportarla en Latinoamérica.
REPL