El palacio de la suerte y la casa de la fortuna celebró en el edificio El Moro, los 50 años del restaurante El Cardenal y lo hizo con la emisión de más de 2 millones de cachitos de lotería que fueron distribuidos en todo el país.
En el acto, Francisco Ramírez Jaramillo, coordinador de los asesores de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, indicó que el restaurante El Cardenal fue fundado en el año de 1969 en el edificio que albergó a la Real y Pontificia Universidad de América, ubicada en la esquina que actualmente forman las calles de Moneda y Seminario.
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“Sus fundadores fueron Olivia Garizurieta, Jesús Briz, con el paso de los años y tras el éxito de la primera sede, en 1984 abrió sus puertas el Cardenal en la calle de Palma en un edificio porfiriano de estilo francés edificación que sirvió de inspiración para algunos platillos tradicionales de la comida mexicana”
Después fue abriendo otras sucursales y posicionándose en el gusto y en el paladar de la sociedad.
En una ceremonia muy emotiva Marcela Briz Garizurieta expuso que la Lotería Nacional está íntimamente ligada a la historia de su familia y de El Cardenal.
En virtud de que el primer establecimiento ubicado en la calle de Moneda 2, también se inició con la venta de billetes de la Lotería Nacional, con el expendio 262, en un módulo de madera ubicado a la entrada que servía a la vez de cada y de vitrina: “que con su característico buen humor despachaba nuestra madre”.
Otro recuerdo que liga a la familia a la Lotería Nacional es que en aquella época de estrechez económica, su hermano Germán, quien ya no se encuentra entre ellos, trabajaba como “gritón” para contribuir al gasto familiar.
“Mi hermano fue un niño gritón que desde muy chiquito mi mamá lo trajo a la lotería para trabajar, y con ello, el ganaba un buen dinerito y completaba el gasto familiar. El cardenal empezó como un establecimiento muy molesto con grandes limitaciones y bueno la lotería fue fundamental para su crecimiento porque ayudaba también al ingreso... Llegó el día que mi hermanito finalmente gritó el Premio Mayor”.
Compartió que la lotería fue una actividad cotidiana durante su niñez y adolescencia, pues dio tener vivos recuerdos de su madre separando los premios y los reintegros y marcándolos con un crayón.
El relato estuvo lleno de historias hasta que llegó el final de su discurso, con un nudo en la garantía, sostuvo que El Cardenal es su casa, “esta casa que conmemora su 50 aniversario en compañía de nuestra querida Lotería Nacional qué representa también un homenaje a nuestra querida inolvidable madre”.
Para concluir la ceremonia, la familia se tomó la foto oficial con las niñas y los niños gritones de la Lotería Nacional.
REPL