Pega-lon es la marca de pegamentos para tuberías y conexiones de PVC y CPVC en tipos sanitario e hidráulico (alta y baja presión), además de adhesivos para madera, papel y cartón, así como como selladores siliconados para vidrios, entre otros productos; son fabricado en nuestro país por Químicas Politécnica, una empresa que se ha enfrentado a múltiples adversidades, especialmente a crisis económicas y aperturas de nuevos mercados, pero ha logrado mantenerse en la preferencia de los compradores mexicanos por más de tres décadas con un crecimiento sólido y constante.
“Hemos aprendido a sortear muchas situaciones, debido a que somos la generación de las crisis, porque cada seis años, cada cambio de gobierno, hay devaluaciones”, señala el ingeniero químico del Instituto Politécnico Nacional, Armando Barquet, director general de la empresa.
Manual de supervivencia
Con sangre de emprendedor corriendo por sus venas, Armando Barquet, comenzó su trayectoria 1979 con una primera fábrica de teflón para sartenes y recubrimientos industriales, pero fue en 1988, cuando, junto con su hermano Eduardo Barquet, Ingeniero Industrial de la UNAM y su amigo, Eduardo Garza, ex colega de Ingeniería del IPN, fundaron Químicas Politécnica y desarrollaron la marca Pega-lon, que ha demostrado su capacidad de sobreponerse ante las adversidades que representa ser una Pyme: “son varios los factores que nos han ayudado a sortearlos”, apunta el directivo durante la entrevista con MILENIO.
A manera de ejemplo, recuerda la crisis provocada a finales de la década de los 80, cuando el entonces Presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado, firmó el acuerdo para el ingreso al GATT, “que no es otra cosa que la actual Organización Mundial de Comercio: se abrieron las fronteras del país, y nos puso a sufrir -a muchos pequeños empresarios-, porque en aquel entonces nos enfrentamos a lo que se les llamó Lo Tigres de Oriente: Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur, todavía no se incluía China, que vino aparecer a finales de los 90 como un gran competidor”, detalla Armando Barquet, quien también tiene una Maestría en Administración de Empresas.
Agrega que, gracias a la preparación y capacitación de los integrantes de la compañía, además de calidad, cantidad y precios competitivos lograron salir avante.
Otro ejemplo de supervivencia de Químicas Politécnica fue la devaluación de 1994, “el mercado se contrajo, las ferreterías, constructoras, y nuestros competidores se fueron al suelo, incluso algunos tuvieron que cerrar”. Sin embargo, el ingeniero Barquet encontró una oportunidad en medio de la crisis: dio órdenes para que se formulara un pegamento de PVC más barato, pero de calidad, que no solo les permitió sobrevivir la devaluación, sino crecer en un entorno económicamente desastroso.
El director general considera que otro de los secretos para sortear las crisis es “el trabajo en sociedad. No soy un hombre aislado: mis socios y mis compañeros, siempre han aportado soluciones, y eso te permite tener el soporte, la fuerza y la resiliencia para enfrentar las vicisitudes y contratiempos a los que te enfrentas”, asegura.
Un elemento clave en la consolidación de la empresa fue la visión del futuro, adelantarse a los competidores: “por ahí de 1995 fuimos los primero en crear un producto muy novedoso: el adhesivo para CPVC. Nos tomó alrededor de dos años desarrollar el producto, buscando soluciones y haciendo pruebas, que resuelven y aportan soluciones al sector de la plomería, en este caso”.
Pandemia, otro desafío
Frente a la actual crisis provocada por covid-19, Armando Barquet, señala que “nos puso a prueba tremendamente: nos vimos obligados a operar en condiciones muy difíciles. Fuimos considerados actividades esenciales en 2020, eso nos mantuvo abiertos, pero con un gran reto: cuidar la salud de nuestros colaboradores. Implementamos medidas de prevención y seguridad, para mantenernos seguros, pero trabajando, dividimos los turnos para laborar y cuidar a personas con mayores riesgos”.
Además, se enfrentaron al reto de la digitalización, “pertenezco a una generación que no está acostumbrada a utilizarla; aprendimos sobre la marcha, contratamos personal para mantener contacto a distancia con nuestros colaboradores, integrando a socios de nuevas generaciones, para encontrar soluciones, incluyendo el e-commerce, porque creemos firmemente que el futuro de las ventas está en las web, en un futuro cercano se va incrementar, pero no solo en ventas directas, sino también la comunicación directa va aumentar con los clientes a través de las redes sociales”, puntualiza.
Finalmente, asegura que el mercado mexicano está en gran desarrollo, “porque hay una tremenda explosión de las tecnologías plásticas, que ofrecen las mismas cualidades y características del cobre a precios mucho menores; está provocando que nuestra demanda interna sea lo suficientemente grande para no buscar mercados foráneos. Estamos en pleno crecimiento en México y sentimos que, por el momento, es un mercado suficiente y en pleno desarrollo”.
RRR