El uso de pantallas en menores de dos años afecta el tiempo primordial del aprendizaje de los niños, sostuvo Carolina Herrera, psiquiatra infantil.
“A los papás les cuesta mucho entender que las pantallas no se deben de usar en niños menores de dos años, nunca. No tantito, no dos minutos, mientras comen, mientras me baño. Nunca. Es categórico, lo digo cada vez. Y es curioso porque no logramos que no lo hagan. Es que es tantito, pero la plasticidad cerebral está en los cero y los tres años”.
Una de las recomendaciones hechas por la entrevistada fue en el sentido de que se debe permitir que los infantes conozcan el mundo sin ningún aditamento, dado que luego se les colocan guantes, lo que impide que puedan explorar las texturas de los objetos.
Exploración y estimulación temprana
“A los niños no se les pone guantes, nunca. No en el primer año de edad. Toca una mantita y se siente como tela. Tocas tu pelo y se siente como tela. Lo mismo pasa con las pantallas. Es una hiperestimulación”.
Indicó que la tecnología puede ser un aditamento que ayude a los niños a aprender, siempre y cuando sea en proporciones de tiempo limitadas.
“Lo que no se ganó en desarrollo en ese tiempo no lo recuperas nunca, nunca. Entonces sí afecta, afecta redes cerebrales, afecta plasticidad, afecta conectividad; afecta los sentidos, afecta la estimulación sensorial”.
Dosificación y límites en el uso
Explicó que hay parámetros que pueden ayudar a que no se afecte el desarrollo de los menores con tiempos estipulados, pero además, que no se les exponga a ver videos que sean muy cortos, dado que no se permite un desarrollo intelectual y sensorial adecuado en los infantes de entre 3 y 6 años.
“No quiere decir que la tecnología sea mala. Tenemos que dosificarla y administrarla”.
e&d