Murciélagos, sapos, alacranes, grillos, xoloitzcuintles, iguanas, changos y hasta un elefante se alojaron en el lobby del hotel Presidente Intercontinental de Polanco, en una exposición de 41 obras de Francisco Toledo enfocadas a mostrar el lado bello de una zoología no convencional rara vez retratada.
En colaboración con Bernardini Art Gallery and Auction House, el hotel ubicado en Campos Elíseos, en Polanco montó una exposición del oaxaqueño, de cara al quinto aniversario de su muerte, de acceso libre y gratuito al público, sin necesidad de reservación, del 7 de marzo al 23 de agosto de 2024.
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“Son 41 obras que tratan de mostrar todas las técnicas en que trabajaba Toledo, enfocadas a animales que generalmente no se asocian con la belleza, como iguanas, murciélagos, sapos, alacranes, changos”, comenta en entrevista Tatyana Strevel, gerente general de la galería ubicada en Querétaro.
“La curaduría se basó en la colección privada de Bernardini y se concibió más que nada para que estéticamente coincidiera con el hotel, que no mostrara una temática fuerte, como algunas otras facetas del maestro Toledo. Tenemos de todas sus técnicas: mixiografías, tintas, óleos, acuarelas, dos esculturas y papalotes, incluso electrografías de mosaicos bizantinos de Francisco Toledo”, agrega Strevel sobre la curaduría de ella y Diego Bernardini Borja, director de la galería, y de Isabel Azpiri, por parte del hotel.
Francisco Toledo (Ciudad de México, 1940-Oaxaca, 5 de septiembre de 2019) es uno de los artistas mexicanos más polifacéticos y queridos en el país y el mundo; activista de derechos humanos e indigenista y educador, trabajó con acuarela, óleo, goauche, el fresco, la litografía, el grabado, el diseño de tapices, la cerámica, la escultura en piedra, madera y cera, entre otras técnicas y materiales locales.
Su obra incluye un profuso bestiario —con el que incluso trabajó en libros como Álbum de zoología y Nuevo álbum de zoología (ERA, 1998) con textos de José Emilio Pacheco— y una preocupación por retratar estéticamente el mundo natural y la fauna mexiana y mítica, como monos, murciélagos, iguanas, sapos y todo tipo de insectos, a quienes devolvió una belleza negada por la visión occidental.
En la exposición destaca una selección de los famosos papalotes (mariposa, en náhuatl) de Toledo, que salieron de su taller en el Instituto de Artes de Gráficas de Oaxaca (IAGO) para que artistas intervinieran los juguetes.
La galería de arte Bernardini, especializada en artistas oaxaqueños jóvenes, como Ixrael Montes, comenzó su colaboración con el Presidente Intercontinental en septiembre pasado con otra muestra dedicada en esa ocasión a Rufino Tamayo, de quien todavía se pueden ver algunos cuadros en el lobby.
“Colaboramos con el hotel desde septiembre con la exposición de Tamayo. Para la de Toledo tuvimos que seleccionar obra de la colección Bernardini que no fueran fuertes visualmente, como muchas que tiene el maestro, enfocadas a su visión del mundo natural, con animales a los que rara vez se les asocia con la belleza. Incluso hay piezas de Toledo con una familia de xoloscuintles, perros de muy representativos de su estética (también vinculada al mundo indígena)”, agregó Tatyana Strevel.
“A mí me gusta mucho el retrato de Mujer con alacranes; es una obra que refleja toda la exposición en conjunto; es una mixiografía, técnica muy usada por Toledo, quien la enseñaba en las escuelas de Oaxaca; la pieza está en papel hecho a mano por el artista y representa a una mujer rodeada por alacranes, que no son seres vivos concebidos como bellos, que Toledo representa estéticamente”, dice.
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Sobre cómo se está revalorando la obra de Toledo en la actualidad, a cinco años de su fallecimiento, la gerente general de la galería Bernardini comenta que sus precios en el mercado van en ascenso.
“Como siempre pasa con los artistas cuando fallecen: inevitablemente, como ya no va a haber una producción nueva del artista, entonces las obras por sí solas empiezan a subir de precio porque la gente la empieza a comprar más, es la oferta y la demanda. Eso ha pasado con Toledo, sus trabajos antes tenían otros precios, justo en las subastas nos podemos dar cuenta de la demanda que hay por la obra del maestro y cómo los precios se empiezan a incrementar”, añadió la representante de la galería.
De hecho, las obras en la exposición en el hotel están a la venta en un rango de 35 mil a 700 mil pesos.
Antes de la muestra de Toledo, el Presidente Intercontinental también trajo por primera vez a México una exposición de Anthony James, con 17 esculturas multidimensionales y luminosas, a cuya inauguración asistió el artista británico.
MGR