Abigail Sánchez recuerda a detalle esa primera vez detrás de una cabina: fue en Ozumbilla, durante la feria anual, cuando dejó de lado la pista de baile para encargarse de las canciones. Y sintió nervios, al grado que pensó en huir, pero un grito – “Échale, eres chingona” – la alentó a convertirse en lo que es actualmente: La reina rumba.
A 6 años de ese primer evento, la artista originaria de Azcapotzalco goza de reconocimiento y respeto en el panorama sonidero del país, pues además de ser pionera – “soy la primera trans sonidera a nivel mundial”, afirma –, procura una cercanía con la gente que pocas veces se ve entre los profetas de las cumbias.
- Te recomendamos Sonido La Changa, la historia del legendario sonidero mexicano Cultura
“Siento que mi trabajo es algo diferente porque cuando estoy dentro de una cabina interactúo con la gente; llego a un evento y me enfocoen irme entre la gente para escuchar nombres, clubes de baile y más detalles. Entonces, cuando empiezo a tocar, los menciono y dicen: ‘¿Cómo sabe mi nombre?’, pero esa es mi labor. Y la gente sabe agradecer”, comenta en entrevista con MILENIO.
Reina rumba
¿Pero cómo empezó la carrera musical de Abigail? Para responder a esto, la artista se remonta a su infancia, cuando acudía como espectadora a los bailes que tenían lugar por su casa, una “unidad de sonideros” cerca del metro Rosario. Ahí deseó bailar por primera vez.
También menciona el impacto que le causó escuchar a Alejandra Guzmán, con quien de inmediato se sintió identificada. “Es una persona muy abierta, que en cierta forma anda sin tapujos, no le importa el qué dirán, vive su vida y es ella misma”, dice sobre intérprete de Hacer el amor con otro.
Aunque lo que la llevó a las cabinas fue cumplir su sueño de niña: bailar. “Tengo una gran ventaja porque antes de ser sonidera fui bailarina, entonces todos los sonidos me ubicaban: bailaba en la calle, salones, fiestas y reuniones”, reconoce.
En esa transición de imponer pasos a imponer canciones recibió apoyo de muchos artistas sonideros, sobre todo de Calaca Music y su hijo, Calaca Jr: “Me dicen: ‘Es una gran oportunidad para ti’. Me animan, me empiezan a apoyar y así empiezo la carrera como Abigail, la reina rumba hace 6 años”.
De ese primer evento en Ozumbilla recuerda que el señor Javier Mendoza le brindó el espacio, que tocó “con los grandes”, como el Oso Candela y Ely Fania, y que le casi se queda congelada al ver a tanta gente en la pista.
“Cuando me pasa el micrófono quería decir ‘Adiós’, pero todas las miradas… Estamos hablando de más de mil personas y como que todos estaban en silencio para ver qué decía. De repente oigo una voz que grita: ‘Échale, eres chingona’ y me dio seguridad. Con nervios, saqué el evento; toqué tres sets porque, aunque nos tocaba de dos, el tercer set lo pidió la gente”, detalla.
La primera trans sonidera
A partir de esa primera noche poniendo canciones – “como sonidera debo tocar de todo, pero me enfoco más en La Matancera y guaracha” –, la carrera de La reina rumba no ha dejado de crecer, y esto se lo agradece a otros sonideros, porque “cuando se enteran que empiezo de sonidera, de verdad ha sido mucho el respeto y es algo muy padre que me abren su cabina, para mí todo es compañerismo”.
Asimismo, Abigail resalta el cobijo del colectivo Musas Sonideras, con el que colabora desde hace 4 años: “Cuando se hacían llamar Musas de corazón, Marisol Mendoza – fundadora y gestora – me empieza a invitar a algunos eventos culturales y ahí despega mi carrera a lo bestia: salí en periódicos, en televisión, el transmisiones”.
“Romper todo el tabú del machismo, de que las mujeres no saben de música. No es decir ‘Podemos más que los hombres’, sino demostrar que las mujeres podemos hacer mil cosas”, cuenta sobre el objetivo de este equipo de mujeres que acaba de celebrar su quinto aniversario.
También menciona el respaldo de David Dávila, cineasta reconocido por su documental sobre el Hi-NRG en México, Discolocos, pues él está preparando una nueva producción, Mexican Divine, con La reina rumba como pieza clave: “Me dice ‘Tú vas a ser la protagonista de mi película’ y me sacó de onda, pero es algo padre que a veces, sin conocer a la gente, se te haga participe de algo grande”.
Sara y Abigail. (Foto: cortesía)
¿De qué tratará esta cinta? De Sara Lugo, imitadora oficial de Divine desde hace 37 años y activista en la asociación Casa de las Muñecas Tiresias. El rol de Abigail en la producción comienza cuando conoce a Sara en un evento LGBT+ y a partir de ahí se muestra “la fuerza trans en México”.
“Cuando inicié como sonidera fue un boom porque soy la primera trans sonidera a nivel mundial. No se había visto eso. Sí habían gays y trans mezclando como DJs, pero no en el panorama sonidero, por eso digo que soy la primera trans sonidera”.
"El barrio te hace y te deshace"
Al estar en la cabina, con ese poder para poner melodías capaces de mover a cientos de personas, a Abigail se le eriza la piel y siente nostalgia, pues recuerda cuando estaba del otro lado, en la pista. “Mi cabeza está en la pista, en la rueda haciendo lo que sé hacer. Es por eso que a mucha gente le ha llamado la atención cómo trabajo, cómo me desenvuelvo, porque yo bailo, grito, me despeino”.
Deja todo en los controles: su sudor, su energía y sus mejores canciones, porque sabe que “el barrio te hace y te deshace”
“Cuando tu tiempo termina es cuando la gente ya no te sigue, ya no te va a ver tocar, ya no bailan contigo. Pero mientras la gente apoye, así sea un sonido de cabina o con una bocina, todo va a estar vigente. Aquí no importa si solo tienes una bocina, aquí la banda se planta, baila, goza y va a cotorrear”, afirma.
La reina rumba. (Foto: cortesía)
Por eso procura esa cercanía con la gente, pero no solo durante los eventos, sino también en redes sociales: Abigail es responsable de la página en Facebook Cotorreando con el barrio, donde suele hacer transmisiones mezclando y da tribuna a talentos de su entorno.
“Estar en todos estos ambientes me ha enseñado una cosa muy importante: lo que no te da nervios no es para ti, eso lo tengo en la mente”, concluye.
Hc