Entre las caritas sucias de los niños de la calle, en las que Héctor García se reconoció siempre y que forman parte de su trabajo, el fotógrafo hizo una imagen en la que se observa a un papelerito con una enorme sonrisa mientras vende un periódico que, paradójicamente, se llamaba La calle.
Con esta foto, Héctor García hijo recordó que atender a esta población es uno de los pendientes por resolver en esta sociedad, al inaugurar la exposición Ciudadanos, 100 años de Héctor García en la Galería de las Rejas de Chapultepec.
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A nombre de la Fundación María y Héctor García, el también fotógrafo dijo que esta muestra va directo al corazón de la práctica fotográfica de su padre.
“A pocos días del que sería su cumpleaños número 100, ha sido ampliamente recordado con el título que su amigo Carlos Monsiváis le otorgó en vida: El fotógrafo de la ciudad. Y si bien es cierto que su obra es una fuente invaluable para conocer la ciudad de México de su época, con todos los frenéticos cambios y la llegada de la modernidad de mediados del siglo pasado, es también un retrato de algo que para él era fundamental: los ciudadanos”.
Pata de perro
Como si se tratara de imágenes cinematográficas en movimiento que cuentan la historia de la capital de la segunda mitad del siglo pasado y principios del XX, recobran vida las fotografías de García en el centenario de su natalicio.
“Más allá de su excelencia técnica y sus cualidades estéticas, las fotografías de Héctor García adquieren importancia por sus profundas cualidades humanas, y por la empatía y curiosidad con las que mi padre miraba a la gente de esta ciudad. En su trabajo, los edificios, las calles, las vitrinas, las vecindadas y lo monumentos no valen por sí mismo, sino por los ciudadanos que hacen su vida cotidiana entre ellos”, dijo Héctor.
Enfatizó que esta forma de concebir la fotografía es inherente a su propia vida “pues mi padre, un vagabundo con la cámara al hombro, recorrió esta ciudad de punta a punta, la hizo suya palmo a palmo. Siempre en la búsqueda de rostros e historias que ayudaran a contar su época”.
Nacido en el barrio de la Candelaria de los Patos, dijo que su padre pasó su niñez y juventud temprana en las calles vendiendo los periódicos que muchos años después habrían de imprimir planas completas con sus fotografías.
“Mi abuela solía llamarlo Pata de perro precisamente por eso porque no podía quedarse quieto. Era esa su forma de vivir y por ello conoció la Ciudad de México y a sus habitantes como pocos. Para la Fundación María y Héctor García es un acierto extraordinario que sus fotografías puedan ser exhibidas precisamente aquí, en uno de los sitios más transitados de la ciudad y que puedan ser vistas por otros pata de perro que, como él, la hacen suya paso a paso”.
Destacó que los transeúntes del siglo XXI podrán reconocerse en sus pares del siglo pasado y sabrán cómo su padre creía que una ciudad vale por sus ciudadanos.
“En el rostro de los ciudadanos retratados por mi padre han quedado grabados anhelos, alegrías y luchas que hacen de la Ciudad de México una urbe tan entrañable”.
Testimonio histórico
A lo largo de la muestra, conformada por más de 60 imágenes, se pueden apreciar tanto fotografías emblemáticas como las menos conocidas.
García reconoció y agradeció la profunda investigación de un prestigioso grupo de historiadores del Seminario de Investigación Fotográfica del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, encabezados por Laura González Flores.
En su intervención, Johan Trujillo Argüelles, directora del Centro de la Imagen y representante de la Secretaría de Cultura federal, expresó que Héctor García es un uno de los fotorreporteros más importantes de nuestro país pues fotografió por poco más de medio siglo, de la década de 1940 a la primera década del siglo XXI.
“Su archivo es testimonio de nuestra historia, de acontecimientos de valor histórico y de la vida cotidiana; su registro fotográfico es amplio e incluye aspectos de política, movimientos sociales, arte, cultura y ensayos antropológicos”.
Para conmemorar el centenario del natalicio de Héctor García, por iniciativa de la familia y con el apoyo de las secretarías de Cultura federal y de Ciudad de México, se organizó un programa conmemorativo de nueve exposiciones.
La exposición Ciudadanos (que se verá hasta el 22 de octubre), bajo la curaduría de Laura González Flores, es una de tres que se desarrollaron acerca de la ciudad. De las otras muestras, una se presentará en el Centro de la Imagen a partir del 30 de agosto y la otra en el Museo de la Ciudad desde el 30 de septiembre.
DAG