Félix Lucio Hernández Gamundi, entonces estudiante de la carrera de Comunicaciones Electrónicas en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y quien el 2 de octubre del 68 se encontraba en el balcón del tercer piso del edificio Chihuahua, afirma que el Estado mexicano tiene una gran deuda con las víctimas de esta tragedia: sacar a luz los archivos ocultos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena):
“Es muy importante recordar que aquí, en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968 se cometió un grave delito de lesa humanidad, un genocidio en contra de un grupo de jóvenes. A 50 años de distancia, aún no sabemos cuántas personas murieron ahí realmente”.
Por eso, en entrevista con MILENIO, destaca que el tema de los acervos en el Archivo General de la Nación es fundamental, ya que desde 2002 el Comité del 68 ha exigido que se abran los expedientes de la Defensa Nacional.
“¿Qué es lo que debe haber en la Defensa Nacional? Se sabe que aquí en Tlatelolco intervinieron 10 mil soldados con armas de repetición de alto poder; por eso, las preguntas son: ¿cuántos soldados intervinieron?, ¿qué tipo de armas traían?, ¿cuántas balas dispararon? Ningún ejército del mundo se mueve mediante órdenes verbales, lo hacen por órdenes escritas y siempre hay un oficial de alto rango responsable que firma la orden para que la tropa se mueva”.
Dice que esos archivos contienen información sobre quienes limpiaron el campo y recogieron los cadáveres y los heridos.
“Estamos seguros que fue una compañía del ejército, de manera que deben tener el reporte de cuántas personas levantaron y en qué condiciones, su sexo y
edad, porque ahí había gente de todas las edades: personas mayores, hombres, mujeres, jóvenes, niños y bebés”.
Es una buena oportunidad, subraya Hernández Gamundi, para exigir que sus archivos se abran, pues el acceso a la verdad es un derecho humano universal, y es lo único que puede conducir a la justicia —y ésta la gran deuda del Estado con el pueblo mexicano.
Repositorio de la verdad
Con la ausencia de los archivos de la Sedena, este 2 de octubre se abrirá el Memorial del 68 y Museo de los Movimientos Sociales, integrado por alrededor de 100 mil objetos digitales, entre fotografías, videos, textos y películas. Este espacio renovado, erigido en la Sala de Colecciones Universitarias del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), es concebido como un “repositorio de la verdad”, para conmemorar el 50 aniversario de la matanza de Tlatelolco, indica Ricardo Raphael, director del CCUT.
Para dar forma a este Memorial y Museo, se seleccionaron imágenes y videos de los acervos de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Iberoamericana, la Universidad Autónoma de Chapingo y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
El director del CCUT explica: “Son mil 700 metros cuadrados dedicados a conmemorar el 68 y a conectarlo con otros movimientos sociales y políticos más significativos, desde aquellos años y hasta la actualidad. La intención del museo es generar una experiencia sensible y sensorial muy potente a los jóvenes de entre 18 y 25 años para que conozcan el patrimonio que nos dejaron los líderes de este movimiento”.
Ese acercamiento se construye a partir de testimonios y entrevistas, y de la recuperación de imágenes, documentos y piezas de arte. “En un recorrido de 45 minutos se muestra al visitante que hacer política democrática no es algo sencillo, pero vale la pena participar en ella. Creo que si logramos activar la participación política de los jóvenes en esta experiencia, le estaremos haciendo un enorme regalo a las siguientes generaciones”, declaró Raphael.
Este “Memorial del 68 y Museo de los Movimientos Sociales” se llama así porque, cuando vivía Carlos Monsiváis, él insistió mucho en que este espacio tenía que ser un reconstitutivo de la memoria.