Academia de Arquitectura debe tener más peso en la toma de decisiones: Lorenzo Rocha

El crítico dice que no sólo se le debe considerar referente a edificaciones históricas, sino en proyectos nuevos como el del Bosque de Chapultepec o el Tren Maya.

Recientemente fue nombrado miembro de número de la Academia Nacional de Arquitectura. (Foto: Patricia Curiel)
Ciudad de México /

Para el arquitecto Lorenzo Rocha uno de los temas más importantes que se deben atender es devolver a la comunidad un propósito de colectividad. “Los habitantes de las ciudades nos hemos vuelto cada vez más egoístas, aunque estemos en el espacio público estamos solos porque realmente no cooperamos con los demás”.

“Esta pandemia y la crisis que estamos viviendo está poniendo de relieve la necesidad que tenemos los habitantes de ser más cooperativos. Si esto lo llevamos al campo de la arquitectura, aunque la arquitectura no es la que norma a la sociedad, sino una consecuencia del orden social, sí pienso que hay un diálogo entre la arquitectura y la sociedad en donde la arquitectura puede aportar algo para el cambio social”.

Con su labor crítica y teórica desarrollada desde hace 15 años de manera semanal como columnista de MILENIO, además de publicaciones de libros, Rocha está interesado en generar una “repercusión en el pensamiento arquitectónico de nuestro país, esperando que esas opiniones ayuden a la gente en general a tener más claro lo que hacemos como arquitectos”.

Ahora pretende hacerlo también desde la Academia Nacional de Arquitectura, luego de que este mes —junto con 44 arquitectos más— fue nombrado miembro de número por su labor destacada, en donde busca un diálogo productivo para complementar los conocimientos y habilidades de sus colegas que ya forman parte de esta institución para generar discusiones desde una visión teórica y crítica.

Si bien es consciente de que el futuro es incierto, está convencido de que empezar a hablar de este tipo de cambios en la interacción social dentro de los espacios públicos y las viviendas —ahora desde un ámbito académico— es fundamental para plantear, discutir y sacar adelante argumentos coherentes que puedan tener lugar en la opinión pública.

“Creo que si los arquitectos lo tenemos más claro y somos más coherentes con nuestros argumentos podríamos dotar al espacio público de características físicas que ayuden a que haya mejor espíritu de comunidad entre los habitantes manifestado en el diseño, es decir, hablar de sitios públicos habitables y no plazas donde no hay nada, donde no hay dónde sentarse, donde no hay sombra para protegerse del sol y poder estar más en contacto con los vecinos. Y también en lo que son las viviendas colectivas y las viviendas unipersonales para que tengan más espacios comunes donde la gente pueda convivir y compartir servicios”.

“En otros países hay viviendas que ya no tienen cocina dentro de los apartamentos; las cocinas son comunes donde la gente cocina y come en espacios más grandes, también en algunos edificios modernos hay salas de lavandería donde ya no tiene que haber una lavadora por cada apartamento, sino que puede haber estos centros de lavado en común. Antes en México eran los patios de lavadero, que en las vecindades era en donde todo el mundo se conocía y convivía mientras lavaban la ropa”.

Esta es una de sus mayores ambiciones y esperanzas, que “pudiéramos aprender de este momento tan amargo que vivimos por la crisis sanitaria y económica” para que en los próximos años, desde la arquitectura, se logren restaurar los lazos sociales que se han perdido, no sólo a partir de la pandemia, sino desde hace varias décadas en las que se ha desarrollado —lo que Rocha llama— un “diseño egoísta”.

¿Qué se puede hacer desde la Academia Nacional de Arquitectura?

Algo que entusiasma a Lorenzo Rocha ahora que forma parte de la Academia Nacional de Arquitectura es lograr que las opiniones que se emiten desde esta institución sean respetadas y reconocidas para que tengan influencia en decisiones, no sólo en temas como la demolición de un edificio histórico, sino también en proyectos nuevos como el Proyecto del Bosque de Chapultepec, el Tren Maya o las refinerías.

“Me gustaría que se le consultara a la Academia y que ésta fuera capaz de emitir un comunicado por medio de su presidente, una opinión que después la autoridad tome como algo serio y consulte, además de que se le cite en los medios de comunicación”.

“Ahora que se han hecho consultas en la Secretaría de Cultura sobre temas que tienen que ver con arquitectura y urbanismo, en específico respecto al Bosque de Chapultepec, leo lo que se publica y en ningún lugar he encontrado mención a la Academia, lo que quiere decir que de momento la opinión pública no la considera como un organismo al cual vale la pena consultar. Me gustaría que la Academia Nacional de Arquitectura tuviera un nivel como el de otras instituciones o cuerpos colegiados como El Colegio Nacional, la Academia de Artes o la Academia Mexicana de la Lengua y está claro para mí que no lo es porque no se le cita en muchas consultas”.

Aunque Rocha apunta que la Academia tiene cierta repercusión en temas como la conservación de monumentos o daños ocasionados por catástrofes naturales en zonas protegidas, considera que debe haber mayor participación en temas como el diseño de paisaje urbano y paisaje natural.

“Debemos adoptar posturas coherentes y argumentos convincentes en todos los temas importantes. Menciono el Proyecto del Bosque de Chapultepec porque aunque en la consulta participaron varios expertos en arquitectura y algunos de ellos eran académicos no quiere decir que hablan a nombre de la Academia de Arquitectura. Pienso que si la Academia tuviera la importancia que yo creo que podría tener ya no serían opiniones personales, sino comunicados oficiales de una asociación compuesta por hombres y mujeres de muchas ciudades y sitios más pequeños".

"Las opiniones y decisiones en México son muy centralizadas, están todas en unos pocos kilómetros cuadrados, ni siquiera en toda la Ciudad de México; el destino nacional de muchas decisiones que tienen que ver con el urbanismo y la arquitectura está entre Palacio Nacional y las inmediaciones del Centro Histórico: el Instituto de Antropología e Historia y la Secretaría de Cultura en donde se toman todas esas decisiones que podrían abrirse a todo el país”.

Residencia artística entre ruinas

Además de su trayectoria en el campo de la escritura, durante 25 años Lorenzo Rocha también se ha desarrollado en áreas como la enseñanza y, por supuesto, en el diseño y la construcción. Recientemente terminó un proyecto de restauración en las ruinas de la Labor de Santas Marías, ubicadas a 20 kilómetros de San Miguel de Allende, en Guanajuato.

“Fue un sitio agrícola en el siglo XVII donde se almacenaba todo el maíz que se consumía en esa zona. Es una serie de construcciones fortificadas porque el maíz se almacenaba a granel, por lo que tenían que ser muros muy resistentes para soportar ese peso. En ese tiempo se pagaba con maíz entonces era un banco prácticamente; la gente iba ahí a cobrar su raya”.

Con donaciones y distintos tipos de aportaciones el arquitecto logró restaurarla y hacer, durante 2019, una construcción moderna que complementa las edificaciones que ya existían, pero cuidando la apariencia de las ruinas y procurando su conservación.

Reflejo de las ruinas sobre la nueva construcción. (Facebook: Labor de Santas Marías)

Inaugurado en 2020, ahora este centro funciona como una residencia para artistas. “Antes de esto hubo proyectos artísticos en las ruinas pero no había sitios para dormir ni otros servicios; ahora, después de esta nueva intervención, pueden quedarse ahí a vivir, hay un salón para actividades, un almacén para sus materiales y baños públicos para los eventos cuando inauguren sus piezas. Va a haber más ampliaciones, pero eso es lo que tenemos ahora. Es un centro cultural que está en un pequeño pueblo en Guanajuato”.

PCL

  • Patricia Curiel
  • patricia.curiel@milenio.com
  • Estudió Comunicación y Periodismo en la UNAM. Escribe sobre arquitectura social y el trabajo de las mujeres en el campo de las artes. Cofundadora de Data Crítica, organización de investigación periodística que produce historias potenciadas por análisis de datos.

LAS MÁS VISTAS