Acantilado fue reconocida con el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2024 en España “por su impecable labor editorial en la que destaca la excelencia del catálogo con una cuidada selección de títulos”.
Desde Barcelona, Sandra Ollo (Pamplona, 1977), directora de la editorial fundada en 1999 por Jaume Vallcorba (1949 –2014), habla para MILENIO del reconocimiento y de cómo la editorial independiente ha abierto horizontes con la obra de autores como Stefan Zweig, Joseph Roth, G. K. Chesterton, Natalia Ginzburg, Georges Simenon y Svetlana Aleksiévich, entre muchos otros.
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—¿Cómo recibieron el premio en la editorial?
No lo esperábamos en absoluto. Yo creo que nadie trabaja pensando en premios y como el reconocimiento ya se había concedido a la editorial durante la etapa de Jaume Vallcorba, hace más de 20 años, la verdad es que la noticia me pilló absolutamente por sorpresa, pero es la única editorial que lo ha ganado dos veces.
—¿Qué significa para usted Acantilado?
Es una ventana para asomarse al mundo y descubrir otras realidades. Pero además, es un empeño personal abrir horizontes y acercar visiones del mundo, es una manera de enfocar la curiosidad, de entender también la vida que nos ha tocado vivir a través de los libros y de tantas personas que han transitado por el mismo sendero mucho antes que nosotros, que serían todos los autores clásicos o los que lo comparten y nos una la manera a entender la contemporaneidad, en el caso de los autores que son de nuestra generación.
—Cuando el jurado habla de una impecable labor editorial, ¿cuáles son los criterios?
En el caso de la ficción, me gustan los libros que son muy literarios que hacen gala, no solo de una buena historia, sino de una manera de contarlo y que valga la pena. La literatura es imágenes pero es lenguaje y es fundamental. Y en la parte de no ficción, siempre pienso en títulos con los que yo siento que aprendo y que van desbrozando un poquito más el camino para todos.
—En el ecosistema del libro, ¿qué lugar ocupa Acantilado?
Acantilado sigue siendo un editorial independiente, porque no pertenecemos a ningún consorcio. En España hay dos grandes grupos editoriales y después una nómina de editoriales independientes que van desde medianas a chiquitas, a chiquirrititas, en función del volumen, facturación y del personal. Pero nosotros seguiremos siendo independientes y espero que sea por mucho tiempo.
—¿Cómo vive estos momentos Acantilado?
Creo que todo el que tenga un proyecto empresarial en general que se desarrolla en el mundo de la cultura y que además tiene un compromiso intelectual tan grande como Acantilado, puede entender que hay dificultades y esto implica mucho esfuerzo, ganas, hay que remar mucho y es un ejercicio de tenacidad.
—¿Qué intereses tiene la editorial, hacía dónde se dirige?
Acantilado es una editorial de editor. Aquí no hay un comité, no hay intereses empresariales ni decisiones mancomunadas. En esta etapa, la editora soy yo y por lo tanto se publica lo que me parece oportuno y el catálogo va reflejando un poco mis inquietudes y hay una cierta inclinación por la historia de la cultura, la música, el pensamiento, la arquitectura y una línea muy continuista en lo que sería la ficción, la narrativa, textos muy literarios y muy ambiciosos.
—¿Podemos decir que en Acantilado son exigentes?
Sí, sí, somos muy exigentes, pero es que ser exigente no es nada malo, con todo lo que eso conlleva de trabajo y de dejar a veces por el camino ilusiones y proyectos que se frustran.
Acantilado publica al año alrededor de 40 novedades y más de 100 reimpresiones, además de su clásico libro de navidad y, de hecho, la editorial también está cumpliendo 25 años de existencia en la industria.
—¿Cómo es su relación con México, con América Latina?
A veces, desde este lado, se comete el error por desconocimiento de pensar que América Latina es un ser en sí mismo y no. América Latina está compuesta por muchos países que son muy diferentes y que tienen su idiosincrasia y sus gustos. Nosotros estamos en todas partes, salvo Brasil o en países en los que la situación política no lo permite como Venezuela, incluso, tenemos pequeños puntitos de venta muy discretos en Estados Unidos.
—¿Qué libros editarán en estos meses de celebración?
Tenemos libros extraordinarios. Al lector le diría que tenga la amabilidad de fijarse en todo, pero tenemos un inédito en castellano de Arnold Schönberg, el gran músico y son sus diarios de Berlín; una novedad de nuestro adorado László Krasznahorkai, el gran novelista húngaro; una nueva traducción de La leyenda del santo bebedor de Joseph Roth, uno de sus libros más misteriosos; vuelve Pablo Martín Sánchez, un escritor de Barcelona quien tiene un talento enorme, y una gran biografía de Schopenhauer, entre muchos otros.
—España es el invitado de honor de la FIL de Guadalajara. ¿nos puede adelantar algo?
Ahí estaremos celebrando con nuestros amigos. No me atrevería a decirte nada, porque justamente hoy he estado en una reunión terminando de dibujar un poco nuestra presencia en la feria a la que no he podido ir desde el 2017, por la pandemia, la post-pandemia y tuve un bebé; pero tengo muchísimas ganas de volver. La FIL es el evento por antonomasia para nosotros. Allí vamos todos en caravana y lo que queremos en Acantilado es estrechar los lazos y tender puentes con nuestros hermanos del otro lado del océano.
PCL