Acolman, el municipio del Estado de México en donde nacieron las posadas y las piñatas hace cinco siglos, hizo público que ya cuenta con la marca colectiva de la “Piñata Artesanal Acolman renace”.
Ubicado a tan solo kilómetros de Ciudad de México, este lugar reconocido como el productor de las piñatas tradicionales en México, organiza desde 1985 una feria para dar a conocer y promover esta tradición artesanal.
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En el Museo de Arte Popular (MAP), el presidente municipal Rigoberto Cortés Melgoza dio a conocer que el registro de marca se obtuvo en 2022 ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, y explicó que eso no significa que otras entidades estén impedidas para hacer sus propias piñatas.
Osvaldo Cortés Contreras, presidente del comité organizador de la Feria Internacional de la Piñata, aclaró que este reconocimiento es para que así como las personas en el extranjero asocian a las piñatas con México, también Acolman sea reconocido como el lugar donde se realizó la primer piñata en la Colonia, como elemento evangelizador.
Ahí fue donde se fabricó la piñata de siete picos para romperse en la época navideña, en las celebraciones prehispánicas y luego durante la Conquista.
La 38 Feria Internacional de la Piñata, que ha tenido a China como país invitado, en este 2023 se desarrollará del 14 al 17 de diciembre, en la que se espera vender unas 20 mil piñatas.
Celia Claudio Hernández, representante de los artesanos en acción, subrayó que el proyecto de registro es un medio de protección a la piñata como identidad de su municipio y dio un significativo mensaje para que la labor de su gente sea visible como algo intangible. También extendió la invitación para que mayor número de personas conozcan Acolman y los talleres de piñatas para que puedan constatar el tiempo y las ganas que le ponen a cada una.
“Quiero que nuestra labor sea vista como algo valorado. Si un trabajo hecho a mano te resulta caro, intenta hacerlo tú, entonces quizás comprendas muchas cosas”.
Walther Boelsterly, director del MAP, destacó que es importante promover y fomentar la creatividad del talento del mexicano.
“Para nosotros es importante generar conciencia de la relación entre biodiversidad y artesanía. No podemos despegarnos esta simbiosis, ya que la gente trabaja con lo que tiene alrededor de sus zonas como la materia prima que crece y se explotan alrededor de sus viviendas, pero sobre todo hay que reconocer la fuente de inspiración”.
En su intervención, Jesús Galindo, director de la Defensa de los Derechos Culturales del gobierno de la Ciudad de México, hizo un recuento histórico de Acolman como un territorio milenario, donde se encuentra el Convento de San Agustín, sitio en el que se empezaron a dar las misas de aguinaldo, con las primeras posadas y las primeras piñatas.
Recordó que en el Acolman prehispánico existía la tradición del Panquetzalistli, el cual era un festejo por el nacimiento de la deidad mexica, que consistía en poner en la cima de un palo una figura del dios Xiuhtecuhtli y una olla con plumas de colores y piedras preciosas.
Fue en Acolman donde los Agustinos crearon la piñata en forma de estrella con siete picos para representar a los siete pecados capitales: avaricia, lujuria, gula, envidia, pereza y soberbia.
PCL