“No solo fue una artista, también fue una persona compleja”. Así define la actriz Michel Rogel, de Fénix Novohispano Compañía Nacional de Teatro Clásico, a Carmen Mondragón, personaje a quien da vida en el monólogo teatral Nahui Olin, memoria del fuego, que se presenta en el Teatro Varsovia.
Mondragón, conocida como Nahui Olin, “fue una mujer que abarcó muchas áreas del conocimiento, que tuvo una postura política hacia la vida porque vivió cambios importantes en nuestro país, vivió la sacudida fuerte de la Revolución mexicana. Ella nació en una familia del porfiriato, de una familia que estuvo cerca de Porfirio Díaz porque el general Mondragón, su padre, fue becado y enviado a Francia para crear armas porque era un artillero muy importante de la época, y ella tuvo este contacto con el París y con la Francia de principios del siglo XX”, dice la actriz en entrevista.
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Después, Nahui estudió en México, escribió poesía y conoció a quien sería su pareja: Gerardo Murillo, Dr. Atl. Ese bagaje cultural, artístico y personal desarrollaron su voz creativa y la convirtió en una mujer polifacética, inquieta por el conocimiento, que se abrió a lo que su mente pudo explorar, así como al conocimiento del cuerpo desnudo y las sensaciones.
“Para la compañía era importante poner cosas que nos van hilando en su biografía, pero conectarnos sobre todo con su espíritu, su pasión, sus ganas de saber, de vivir. Ella escribió en uno de sus poemas: ‘Yo siempre tengo infinita sed’, y en esa infinita sed es que va construyendo su universo, su mundo; pintando, escribiendo y teniendo, una labor tan noble que tuvo en toda su vida que fue la de docente, porque fue una profesora de artes plásticas”.
La enseñanza
Para este monólogo de 60 minutos, bajo la dramaturgia y dirección de Francisco Hernández, y la iluminación Edgar Laurrabaquio, el equipo realizó investigación con textos de Adriana Malvido, Elena Poniatowska, las cartas que publicó el Dr. Atl, los poemas de la misma Nahui Olin, algunos ensayos publicados, la novela de Juan Bonilla Totalidad sexual del cosmos, del libro que publicó el Museo Nacional de Arte sobre su más reciente exposición y en las gacetas de museos.
“La he estudiado durante años, persiguiendo al personaje, y no la he soltado es algo que yo quería hacer, entonces para mí fue un encuentro mágico que se me propusiera”, comenta Rogel.
“Cuando me entregan las escenas, las vamos trabajando en el montaje y las vamos corrigiendo y añadiendo cosas, así que fue un encuentro muy enriquecedor. El texto es bastante metafórico en algunas partes y en otras es lineal, de acuerdo con la biografía y por sus etapa, porque le teníamos que dar ese sentido y ese respeto al personaje pero también debíamos de tener la licencia poética del dramaturgo y director, así como la mía como creadora escénica”.
Sobre interpretar un papel como este, la actriz dice: “Los personajes vienen a enseñarnos algo, vienen a hacernos una explosión de emociones dentro de nuestra cabeza, siempre es un antes y después de cada personaje. Nahui me vino a enseñar no solo sobre sus escritos, que son muy interesantes (científicos, emocionales, de sus observaciones), pero también acerca de ella como modelo, como creadora, de la apropiación del cuerpo, de la desnudez del cuerpo, de no tener esa pena por tener un cuerpo de mujer, lo que para mí es una de sus grandes aportaciones, aunque hay muchas”.
Nahui Olin, memoria del fuego se presentará los viernes hasta 31 de mayo a las 20:00 horas en el Teatro Varsovia, en Varsovia 9, colonia Juárez.
PCL