Un modelo matemático determina que la Luftwaffe (la fuerza aérea alemana en la época Nazi) habría derrotado a la RAF (Real Fuerza Aérea Británica) en la Batalla de Inglaterra si el ataque alemán hubiera empezado antes y se hubiera concentrado en los campos de aviación.
Matemáticos de la Universidad de York utilizaron una técnica estadística sobre algunas de las grandes preguntas de "qué habría pasado si..." en la trascendental batalla de la Segunda Guerra Mundial por el dominio de los cielos de Gran Bretaña.
¿Qué habría pasado si decidir sobre la marcha el bombardeo de Londres no hubiera ocurrido? ¿Qué si un Hitler más ansioso hubiera impulsado un comienzo más temprano de la campaña? ¿Qué si Goring se hubiera centrado en atacar los aeródromos británicos durante todo el período de la batalla?
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Estos son solo algunos de los escenarios alternativos que han formado un largo debate entre los historiadores y entusiastas de la Segunda Guerra Mundial sobre lo que podría haber afectado el resultado de la batalla, que tuvo lugar entre mayo y octubre de 1940.
Los matemáticos de la Universidad de York desarrollaron un nuevo modelo para explorar cuál habría sido el impacto de los cambios en las tácticas de la Luftwaffe. Su enfoque utiliza modelos estadísticos para calcular cómo podría haber tenido lugar esta batalla si la historia hubiera seguido uno de varios cursos alternativos.
Los investigadores, que publicaron su trabajo en Journal of Military History, dicen que el método ahora podría usarse como una herramienta para investigar otras controversias históricas y posibilidades no realizadas, brindándonos una comprensión más profunda de eventos como la Batalla del Atlántico (la campaña militar continua más larga de la Segunda Guerra Mundial).
La técnica estadística se llama "arranque ponderado" y la simulación por computadora es como tomar una bola para los eventos de cada día de la Batalla de Inglaterra y meterla en un bombo de lotería. Las bolas se dibujan, se leen y se reemplazan para crear miles de series alternativas de combates durante días, pero en un orden diferente, y tal vez con algunos días con más actividad o ninguna.
Luego, los investigadores repitieron el proceso para probar los "qué habría pasado si" de la batalla, haciendo que algunos días sean más o menos propensos a ser elegidos, dependiendo de cómo un protagonista (como Hitler) hubiera cambiado sus decisiones si hubieran estado usando diferentes tácticas, informa Eureka Alert.
El coautor del artículo, el doctor Jamie Wood del Departamento de Matemáticas de la Universidad de York, dijo: "La técnica de arranque ponderado nos permitió modelar campañas alternativas en las que la Luftwaffe prolonga o contrae las diferentes fases de la batalla y varía su objetivos".
"La Luftwaffe solo habría podido poner a disposición las bases necesarias en Francia para lanzar un ataque aéreo contra Gran Bretaña en junio como muy pronto, por lo que nuestra campaña alternativa adelanta la campaña aérea en tres semanas. Probamos el impacto de esto y otros contrafactuales variando las probabilidades con las que elegimos días individuales".
Los resultados brindan respaldo estadístico a un cambio de táctica que varios historiadores han argumentado que podría haber traído la victoria de la Luftwaffe en el verano de 1940: las simulaciones sugirieron que si hubieran comenzado la campaña antes y se hubieran centrado en bombardear aeródromos, la RAF podría haber sido derrotada, allanando el camino para una invasión terrestre alemana.
Según el modelo matemático, el impacto de estos dos cambios habría sido dramático. Aunque es imposible estimar cuáles eran las posibilidades estadísticas reales de una victoria de la RAF en julio de 1940, el estudio sugiere que cualesquiera que sean las perspectivas de Gran Bretaña, un comienzo más temprano y una focalización en los aeródromos habrían cambiado la batalla significativamente a favor de los alemanes.
Por ejemplo, si la probabilidad de una victoria británica en la batalla real hubiera sido del 50 por ciento, estos dos cambios tácticos la habrían reducido a menos del 10 por ciento. Si la probabilidad real de victoria británica fuera del 98 por ciento, los mismos cambios habrían reducido esto a solo el 34 por ciento
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