Como todo fenómeno humano, el deporte es capaz de sacar de nosotros mismos lo mejor y lo peor. En su primer libro, Latitudes, Alberto Lati había contado historias en donde la actividad deportiva desencadenó lo contrario a la esperanza: la rivalidad, el odio, el encono y el racismo.
“Pero también hay que reparar en esos momentos en los que el deporte nos da las pistas: para mí es muy especial ver cómo en Costa de Marfil, Didier Drogba aprovecha la calificación al mundial y logra terminar con la guerra civil; ver cómo, después de un accidente aéreo en el que murieron integrantes de la selección de fútbol de Zambia, Kalusha, un jugador que estuvo, con puros chavitos logra sacarla adelante. Son historias que logran esa esperanza”.
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20 pelotazos de esperanza en tiempos de crisis (Plan B, 2020) es el título del volumen electrónico que produjo el periodista deportivo en estas fechas, en donde más allá de las hazañas o de los personajes, se propuso rescatar hechos históricos que trascendieron lo meramente deportivo.
“Me queda muy claro que, si queremos entender a la humanidad este año, no podemos dejar de considerar al deporte. Ya después a cada quien le puede agradar o desagradar, hay muchos elementos nocivos, como el dopaje, el mercantilismo o el nacionalismo extremo, pero es necesario considerar al deporte si queremos hacer un diagnóstico completo de la humanidad en este tiempo”, explica en entrevista con MILENIO.
Uno de los objetivos de Alberto Lati fue priorizar las historias que desarrolló como periodista, a partir de las investigaciones, los recorridos y las entrevistas realizadas, “porque me parece que encuentras otro grado de profundidad”, convencido de que al lector le suele gustar ese valor agregado: la certeza de que son momentos a los que, como periodista, tuvo la oportunidad de acceder, y no solamente los investigó o se los contaron.
“De ahí la entrevista, por ejemplo, con Jorvan Vieira, quien entrenaba a la selección de Iraq en la copa asiática 2007, uno de los episodios más hermosos que ha tenido el deporte moderno, porque el país se estaba desangrando en un pleito étnico, una guerra religiosa, y Vieira logra convencer a todos los grupos que compartían un ideal: el dar una sonrisa a los iraquíes, y me contó cómo consiguió esa unión”.
Desde la perspectiva de Alberto Lati, el deporte lo mismo es un punto de encuentro que uno de aterrizaje; un embajador y un vaso comunicante, y si lo llevamos por delante “vemos una manera de encontrarnos y también de acercar a los que parecen opuestos, irreconciliables, diferentes”.
Todo ese papel lo puede cumplir el deporte, como intenta demostrarlo en las historias de 20 pelotazos de esperanza en tiempos de crisis, un libro pensado exclusivamente para un formato electrónico.
PCL