Por la labor de Miriam Kaiser (México, 1936) en el mundo del arte en México, a la investigadora y periodista cultural Angélica Abelleyra le pareció una vida que había que contar, con sus lagunas y sus silencios, respetando el misterio que cada persona tiene.
“Más allá del anecdotario, que lo tiene y muy rico, el libro bosqueja el temperamento de una época, la segunda mitad del siglo XX, en la que sucedieron muchas cosas, buenas, malas y regulares, durante varias administraciones culturales; ellas las sorteó todas, se salió de la institucionalidad, por no estar de acuerdo con el plan austero, porque algunos artista tenían que poner hasta los clavos para colgar los cuadros”, explica Abelleyra.
Y continúa: “Yo quería platicar quién era, qué ha hecho, decir que ha participado en la confección de nueve museos y que tiene una larga trayectoria en el servicio público; me dije que tenía que honrar este trabajo, porque ella fue una funcionaria pública de a deveras, una que sí funciona. Es una mujer que ha dado su vida por el arte, peleando muchas batallas”.
Explica que el título del libro, La guerrillera por amor al arte, obedece a que don Víctor Sandoval le llamaba guerrillera a Miriam Kaiser cuando perdía algunas batallas, él le decía: “Guerrillera, cállese, ya perdió”.
“Pero ella no se daba por vencida, daba otra idea u otro plan sobre determinada exposición o restauración, o confección de museos. Aunque Miriam no es guerrera en el sentido beligerante, sí le gusta lanzarse desde la profunda inteligencia, desde una ecuanimidad y respeto por el otro, ya fuera a sindicatos del INAH o el INAL, o a sus propios superiores, porque siempre tenía contrapropuestas. Lo mismo enfrentaba a las viudas de los artistas, que por lo general son una lacra, y a los propios artistas que a veces son insoportables, llenos de egos, como todos. Ha tenido inteligencia y una sonrisa en la cara que baja todos los niveles de estrés, y arregla las cosas, como ella dice: ‘Soy la titiritera que maneja los hilos para que las cosas sucedan’”.
Abelleyra cuenta que conoce a Miriam Kaiser desde hace 40 años, la relación se dio porque su mamá, Lydia, era maestra de dos de sus hijas y, uno de sus hermanos fue amigo del hijo de Miriam; era una presencia constante en su vida, tanto desde lo familiar, lo personal y hasta lo profesional como periodista.
“Miriam platica tan rico, tan sabroso y con tantas anécdotas y experiencias, que siempre le decía: vamos a platicar y a escribir tus memoria, pero ella se resistía, hasta que por ahí de 2016 me dijo que sí, entonces cada semana nos reuníamos en su casa, durante un año”, comparte la periodista.
Cuenta su experiencia con Inés Amor, que fue la Galería de Arte Mexicano, y su relación con Fernando Gamboa: “Con las coleccionistas como Dolores Olmedo, hasta la quería mandar al bote, porque se estropeó una obra de Diego Rivera; le levantó una denuncia penal contra Miriam, pero no prosperó, además de todas las batallas de los falsos con doña Raquel Tibol y Teresa del Conde”.
Trayectoria impecable
El libro Miriam Kaiser, una guerrillera por amor al arte se ofrece como una cronología, explica Abelleyra, empieza contando los primeros pasos de cómo se formó en una familia judía, que ella puso cierta distancia en la parte más convencional de su religión, desde joven se fue a una formación muy social en Israel, entonces tenía que trabajar y aprender hebreo. A su regreso a México se sentía más evolucionada, no quería casarse y ser señora con collar de perlas, quería otra cosa, ahí fue un primer rompimiento con la familia. Ella se enamoró, se va a vivir con un artista que era mayor que ella, rompiendo esquemas.
“Me interesó contar desde ahí, también se habla de su paso por Radio Universidad, como secretaria del escritor Max Aub, quien era director de la radiodifusora, la marcó muchísimo; conoció a todo el mundo que rondaba por ahí como José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Vicente Rojo. También cuento que con Héctor Xavier aprendió todo: a leer, a cuestionarlo todo y fue padre de sus cinco hijos; un padre y marido ausente hasta que hay un rompimiento con él, después tendría a otra pareja”.
“Se va dando un recorrido por todas estos amores que Miriam ha tenido y como los ha ejercido en diferentes trabajos; esta mujer generosa que donó en 2016 su colección de libros al Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes”.
Precisa que hay un apartado a final, antes del colofón que se llama “Somos otra fauna”, le gustó mucho esa frase de Nacho Toscano. Aquí 10 personas que trabajaron con ella dan su testimonio sobre Miriam. Hay dos relatos de personas fallecidas: Nacho Toscano y Teresa del Conde. También aparecen la voces de Andrés Blaistein, Armando Colina, Teli Duarte, Guillermina Guadarrama, Jorge Guadarrama, Gabriela Eugenia López, Alfonso Mirando y Magdalena Zavala.
Además
Es una edición de la UANL
El libro Miriam Kaiser, una guerrillera por amor al arte, de Angélica Abelleyra, se presentó el jueves 20 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con la participación de la maestra Miriam Kaiser, la autora, y los historiadores de arte Alfonso Miranda y Luis Rius.
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